lunes, 26 de mayo de 2014

Historia 18: William Still y el Ferrocarril Subterráneo

A veces, la Historia guarda para sí las acciones de ciertas personas. Historias que permanecerán ocultas aún teniendo publicidad. Existen, sin embargo, otro tipo de historias. Aquellas protagonizadas por personas que, movidas por su afán de ayudar a la comunidad, deben mantener en secreto sus hazañas por miedo a las represalias. Esta es la historia de William Still, abolicionista americano y conductor del ferrocarril subterráneo.

William Still nació el 7 de octubre de 1821 en el pequeño condado de Burlington, Nueva Jersey, siendo el menor de 18 hermanos. Su padres, antiguos esclavos, habían escapado al norte unos 20 años antes, cruzando pantanos y bosques junto a sus dos hijas mayores desde los estados esclavistas del sur. Detrás, en las plantaciones del sur, quedaban los dos hijos varones de la pareja, que, incapaz de viajar con cuatro niños a través de kilómetros de tierras pantanosas, debió abandonar a dos de sus hijos en la convicción de que, sólo así, podrían asegurar un mejor futuro para el resto de su familia.

En 1844, con tan solo 23 años, William Still comenzó a trabajar para la Liga contra la esclavitud de Pennsilvania, siendo el primer miembro negro de dicha organización abolicionista. Es a través de esta agrupación donde Still entra en contacto con los miembros del "Ferrocarril Subterráneo" una red clandestina que se dedicaba a trasladar a los esclavos de las plantaciones sureñas hacia los estados del norte, e incluso hacia Canadá. Las actuaciones de dicha red usaban el argot del sistema ferroviario, siendo así los maquinistas los agentes que se encargaban de infiltrarse en el sur para ayudar a escapar a los esclavos, las estaciones eran los pisos francos donde los esclavos podían parar durante sus huidas y los jefes de estación las personas que los cobijaban. Por ejemplo el matrimonio formado por Levi y Catherine Coffin, que vivían en Newport, Indiana, fueron jefes de estación durante más de veinte años y a lo largo de este tiempo pasaron por su casa unos 2.000 esclavos fugitivos. Todas estas actuaciones se realizaban en el mayor de los secretos, ya que ayudar a escapar a fugitivos estaba penado con la muerte.

William Still, "El Padre del Ferrocarril Subterráneo"

En la década de 1850, y tras iniciarse en el "Ferrocarril Subterráneo" como jefe de estación, William Still recibirá una visita que le cambiará la vida. Un antiguo esclavo acudió a su casa en busca de información. Su historia hablaba sobre unos padres a los que apenas recordaba que habían huido junto a sus dos hermanas pequeñas, dejándoles a él y a su hermano pequeño completamente solos. Posteriormente habían sido vendidos a un tratante de esclavos del Sur Profundo y llevados a Alabama, donde su hermano pequeño moriría a causa de una enfermedad. En ese mismo instante, este esclavo decidió trabajar hasta poder costear su libertad, negándose a morir como esclavo. Tras varias décadas pudo reunir los cientos de dólares que costaba su libertad y viajó al norte en busca de respuestas. Su nombre era Peter Still y se trataba del hermano mayor de William. Era el primer encuentro de dos hermanos que no se conocían hasta entonces.

La visita de su hermano mayor cambió por completo la perspectiva de William, que desde ese mismo instante decidió implicarse de una manera mucho más activa en el "Ferrocarril Subterráneo", empezando sus actuaciones como maquinista. Desde entonces se le empezó a conocer como "El Padre del Ferrocarril Subterráneo", ayudando a escapar personalmente a más de 800 esclavos, llegando a trasladar a Canadá a más de 60 esclavos al mes desde las peligrosas tierras del sur. Tanto William como Harriet Trubman, la conocida como "Moisés de los esclavos", fueron buscados por los esclavistas, que pusieron precio a sus cabezas. Ello no les impidió realizar multitud de viajes al sur en busca de más esclavos a los que liberar. Cuando la Ley de esclavos fugitivos fue reformada, ambos comenzaron a trasladar comunidades enteras hacia Canadá, donde la imperaba la Ley Británica, bajo la cual no existía la figura de la esclavitud.

Mapa con con el detalle de las rutas del Ferrocarril Subterráneo hacia el norte.

Solo tras acabar la guerra civil y abolirse la esclavitud en los Estados Unidos, puedo salir a la luz la figura de William Still, que publicó su libro "Registros del Ferrocarril Subterráneo", en el que detalla el sistema de escape que usaron 649 esclavos de los 800 que escaparon bajo su tutela.

William Still murió el 14 de Julio de 1902, siendo considerado uno de los mayores activistas por los derechos civiles que ha existido en los Estados Unidos.

Existen multitud de maneras para acabar un artículo como este. Se pueden alabar la valentía y la rectitud moral de una persona como William Still, comprometida con su pueblo y sus ideales. Creo, sin embargo, que la mejor manera de acabarlo es parafraseando la letra de una canción soul, llena de referencias al Ferrocarril Subterráneo, que los esclavos solían cantar las noches anteriores a su liberación.

Swing low, sweet chariot
Coming for to carry me home,
Swing low, sweet chariot,
Coming for to carry me home


Balanceáte lentamente, dulce carro/Ven y llevame a casa.


lunes, 28 de abril de 2014

Historia 17: Crimea, la Perla del Mar Negro.

Recientemente hemos sido extensamente informados a través de la televisión y los periódicos sobre la crisis en Crimea, su separación unilateral de Ucrania y su integración como una de las repúblicas que forman la Federación Rusa. Es curioso como una pequeña península costera (es similar en superficie a Galicia) puede dar lugar a tantísimos hechos históricos, probablemente debido a su importancia estratégica y comercial. Colonizaciones griegas, conquistas romanas, ataques de tribus bárbaras, protectorados bizantinos, misiones comerciales genovesas y vencecianas, guerras multilaterales, asedios trágicos y actos heroicos jalonan la historia de este pequeño territorio. Esta es la historia de Crimea, la perla del Mar Negro.

El nombre de Crimea es una evolución de la palabra Cimeria, país de los cimerios, sus primeros pobladores. En el Siglo V antes de Cristo fue colonizada por los griegos, que comenzaron la "helenización" de la zona. Considerado uno de los "reinos sucesores" del Imperio Macedonio de Alejandro Magno, el Reino del Ponto fue finalmente derrotado por el Imperio Romano, que colonizó la península entera, dando lugar a más de 3 siglos de ocupación romana, en el que ha sido el periodo histórico más largo de la península sin conflictos. En el año 250 d.C, ante la presión migratoria de los pueblos bárbaros del este, los Romanos deciden abandonar la península de Crimea, que sería conquistada por los Godos. Desde este momento se sucedieron conquistas por parte de hunos, alanos, ávaros, jázaros, pechenegas y varengos. También se realizó una reconquista por parte del Imperio Romano de Oriente (o Imperio Bizantino), que apenas duró unas décadas. La península cambiaba de manos constantemente al ser considerada la puerta de acceso al Mediterráneo para muchos de los pueblos de la zona.

En 1259 la península recibió la "visita" de unos conquistadores muy diferentes a los anteriores. Montaban pequeños caballos esteparios, eran considerablemente más bajos que los habitantes de la zona y manejaban sus arcos compuestos con una precisión mortal. Habían llegado los primeros hombres de Möngke Kan, Gran Kan del Imperio Mongol y nieto de Gengis Kan, fallecido unos 20 años antes. Los mongoles conquistaron la península y la unificaron en el Imperio Mongol, que por aquel entonces llegaba a la península de Corea en el este. La ocupación mongola de la península hizo que Crimea pasara a formar parte del mayor Imperio continental del momento, y uno de los más grandes de la Historia. Sin embargo, las luchas internas por el poder hicieron que el poder del Imperio se debilitase, permitiendo la creación del Principado de Teodoro, un pequeño estado cristiano que, rodeado por los Turcos al norte y las nuevas colonias comerciales genovesas que habían ocupado la costa sur de la península, apenas duró 100 años, ahogado entre ambas potencias. Los Turcos procedieron a la conquista de la península, creando el Kanato de Crimea, un estado vasallo del Imperio Otomano, pero que mantenía fuertes influencias mongolas. A la sombra el poderoso Imperio, el Kanato prosperó durante 300 años. Pero la paz nunca suele ser duradera, y menos en una zona como Crimea. En 1774, tras la derrota otomana en una de sus múltiples guerras con el Imperio Ruso de Catalina la Grande, se reconoció la independencia del Kanato y la influencia rusa sobre él, siendo invadido completamente por el Imperio Ruso tan solo 9 años después.

La llegada del Siglo XIX y el cambio de manos de la península a favor de una potencia occidental trajeron el desarrollo a la zona. Crimea se convirtió en la zona preferida por los aristócratas rusos para pasar sus veranos, debido a su buen clima. Sin embargo esta paz no duraría demasiado, estallando en 1853 la Guerra de Crimea entre Rusia, de un lado, y una Alianza formada por Francia, el Imperio Británico, el Imperio Otomano y el Reino de Cerdeña-Piamonte de otro. El motivo de esta guerra fue el impulso expansionista de Rusia hacia el Mediterráneo, que fue visto como una grave amenaza para estos 4 países. Durante 3 años la guerra asoló la zona, produciéndose intensas batallas como la de Balaclava o el sitio de Sebastopol. Fue durante esta guerra cuando se produjo la conocida como "Carga de la Brigada Ligera", en la cual 673 jinetes británicos atravesaron un valle de más de 1,5 kilómetros cargando contra la artillería rusa, defendida por unos 5000 hombres. Esta acción, tan valerosa como estúpida, fue debido a una confusión en la trasmisión de las órdenes y costó la casi completa aniquilación de la Brigada Ligera, que aún así, fue capaz de infligir graves pérdidas en las tropas rusas. Desde aquel momento se conoció dicho valle como el "Valle de la Muerte". Se dice que uno de los oficiales franceses presentes, al ver la carga de sus aliados británicos, dijo en voz alta: "Es magnífico, pero no es la guerra".

"La Carga de la Brigada Ligera" cuadro de Richard Caton Woodville Jr.

En 1856, tras el fin del asedio de Sebastopol, Rusia solicitó la paz, poniéndose fin al conflicto y acabando con sus aspiraciones de encontrar una salida al mar Mediterráneo. La paz volvía a la baqueteada península, que se mantuvo libre de conflictos durante el resto del siglo, y que, incluso, fue capaz de mantenerse tranquila durante la Primera Guerra Mundial, aún encontrándose tan cerca de sus enemigos. Pero la Historia le deparaba un nuevo golpe a la zona, iniciándose la Guerra Civil Rusa. Durante este periodo la península de Crimea fue el gran bastión de la Rusia Zarista en el sur del país hasta su invasión en 1920 y su integración en la Unión Soviética, convirtiéndose en la República Autónoma Socialista Soviética de Crimea.

Bajo la organización de la Unión Soviética se industrializó toda la península, convirtiéndose en la base de la Marina soviética en la zona. En 1941, tras la invasión alemana durante la 2º Guerra Mundial, la península vivió los combates más atroces de su historia, con feroces batallas como el 2º Asedio de Sebastopol, en el que la ciudad se defendió de fuerzas muy superiores durante 250 días. Fue durante este asedio cuando los alemanes usaron la mayor pieza de artillería jamás creada, el conocido como Cañón Dora: una pieza de artillería con un cañón de 32 metros capaz de disparar proyectiles de 7 toneladas (aproximadamente la mitad del peso de un autobús urbano) a más de 25 kilómetros de distancia. La pieza era tan grande y complicada de cargar que tenía una cadencia de 14 disparos al día, siendo cada proyectil capaz de destruir pesados fuertes de hormigón con un solo impacto. La ciudad cayó bajo el ejército nazi y toda la comunidad judía de la zona pereció asesinada. En 1944, con el cambio de tornas en la guerra, un ejército alemán se vio atrapado en la ciudad, siendo completamente aniquilado. En honor a su resistencia durante la guerra, Sebastopol fue nombrada ciudad heroica y considerándola una Ciudad Autónoma independiente del resto de Crimea. Tan solo un año después Iosif Stalin, Winston Churchill y Roosevelt se reunieron en la ciudad de Yalta, una pequeña y aristocrática población en la costa sur de Crimea, para establecer el destino de la Alemania Nazi cuando fuese derrotada. Como curiosidad cabe destacar que Churchill, ávido historiador militar, solicitó ser llevado al "Valle de la Muerte" con el fin de estudiar la zona en la que sus compatriotas habían realizado la valerosa carga 100 años antes.

Sentados, de izquierda de derecha, Winston Churchill, Franklin Delano Roosevelt y Iosif Stalin durante la conferencia de Yalta de 1945.


En 1992, tras la caída de la URSS, Crimea trató de establecerse como un país independiente, llegando a redactar una Constitución. Sin embargo, las presiones por parte de Ucrania lograron que Crimea se convirtiese en una República Autónoma, dependiente formalmente del Estado Ucraniano.

Las últimas palabras de la Historia de Crimea se han escrito recientemente, con la secesión unilateral y su posterior unión de la Federación Rusa. Un nuevo cambio de manos para la vieja Crimea, que, nuevamente, vuelve a empezar. Quién sabe qué le deparará el futuro a esta pequeña península, la perla del Mar Negro.

lunes, 24 de marzo de 2014

S1. Historia 3: Inés de Suárez. La Conquistadora de Chile.

Hernan Cortés, Francisco Pizarro o Nuñez de Balboa. Seguro que todos estos nombres os son familiares y os recuerdan aquellas clases de Historia en las que se hablaba sobre la conquista y la colonización del Nuevo Mundo. Hombres aguerridos y aventureros que, azuzados por la pobreza y el hambre, crearon un Imperio al otro lado del Océano Atlántico. Parte idolatrados y parte aborrecidos, todos estos "conquistadores" son, sin embargo, conocidos. La protagonista de nuestra historia de hoy no ha tenido tanta suerte, al menos en su país de origen, España, donde muy pocos conocen su nombre y menos aún sus aventuras. Esta es la historia de Inés de Suárez, la conquistadora de Chile.

Inés de Suárez nació en la población extremeña de Plasencia en 1507. Su padre murió de una enfermedad estomacal al poco de nacer, por lo que su madre, costurera, tuvo que solicitar la ayuda del abuelo de Inés para su crianza. En 1526 conoció a su primer marido, el aventurero Juan de Málaga. Un año después, Juan partió hacia Panamá en busca de fortuna. De su unión no habían nacido hijos ya que, según se contempla en los registros, Inés era estéril.

Los años pasaron e Inés no recibió noticias de su marido, por lo que, en 1537 solicitó una licencia real para embarcar hacia las Indias. Tras una estancia de más de un año en Venezuela sin noticia alguna, llegó a sus oídos que su marido había sido uno de los soldados muertos en la batalla de Las Salinas, un combate que se produjo entre los ejércitos de Hernán Cortés y de Diego de Almagro por la posesión de la ciudad de Cuzco, en el actual Perú. Así pues, con apenas 30 años, Inés era viuda de un soldado español, y como tal, recibió una pequeña tierra en la ciudad de Cuzco, así como un grupo de esclavos indígenas para trabajarlas. Allí fue donde conoció a Pedro de Valdivia, Maestre de Campo de Francisco Pizarro, con el que, rápidamente, forjaría una estrecha relación que los convirtió en amantes, hecho que generó multitud de controversias al tratarse Pedro Valdivia de un hombre casado.

En 1539, Pedro de Valdivia inicia su expedición hacía Chile, solicitando una autorización para ser acompañado por Inés, en calidad de sirvienta. Durante los 11 meses de travesía, todos los miembros de la expedición, ya fuesen españoles o miembros de las tribus de la zona, destacaron el valor y el arrojo de Inés, considerándola una parte muy importante de la expedición.

El final de su travesía se encontraba en el valle del río Mapocho, un lugar fértil y fácilmente protegido. Dicha ubicación se decidió debido a la fortificación natural que proporcionaba el lugar, así como la abundancia de agua potable. Al poco de instalar el asentamiento, la expedición fue duramente atacada por los indígenas. Tras superar las escasas defensas del campamento, todo parecía indicar que la expedición sufriría un horrendo final, cuando los indígenas soltaron las armas y salieron huyendo despavoridos. Tras capturar a algunos de ellos, incluidos siete caciques locales, todos declararían  haber visto "a un hombre montado sobre un caballo blanco que, empuñando una espada, bajó de las nubes y se abalanzó sobre ellos". La expedición, segura de haber sido ayudada por el apóstol Santiago, decidió nombrar la ciudad con el nombre de Santiago de la Nueva Extremadura, siendo fundada el 12 de febrero de 1541. En la actualidad aquel pequeño campamento es conocido como Santiago de Chile, capital del país y su mayor centro económico y cultural.

El verano pasó en la pequeña ciudad sin apenas contacto con los indígenas. En septiembre, un grupo de jinetes, con Pedro de Valdivia al frente, marchó a sofocar una revuelta fuera del valle, momento que fue aprovechado por una fuerza de unos 20000 indígenas para atacar la ciudad. A pesar de su mejor equipamiento, las fuerzas españolas eran muy inferiores en número y pronto se tuvieron que retirar al interior de la ciudad, mientras eran continuamente asaeteados por las flechas incendiarias que quemaban los edificios. Durante el combate Inés marchó de un lugar a otro, prestando asistencia en donde era necesaria. Sin embargo, ante la inminencia de la derrota, Inés de Suárez tuvo una solución macabra a la par que efectiva: marchó a las celdas donde se encontraban los caciques capturados en el combate de febrero y ordenó su decapitación. Ante las preguntas de sus carceleros sobre cómo hacerlo, la historia narra que Inés de Suárez tomó su la espada de uno de ellos y ,cortando la cabeza de un cacique de un tajo, dijo: "De esta manera". Una vez decapitados, ordenó que las cabezas de los caciques fueran lanzadas entre los indígenas atacantes. Los miembros de las tribus locales, poco acostumbradas a semejante demostración de brutalidad (debemos recordar que muchas de las civilizaciones precolombinas no entendían la muerte en combate como algo útil, prefiriendo la captura de sus enemigos para su posterior uso como esclavos), y ante la fervor que insufló en los defensores la aparición de Inés en el patio central de la ciudad, los indígenas, confusos y sorprendidos, huyeron del combate, pudiéndose salvar la ciudad de la destrucción.

Inés de Suárez, representada tras decapitar a los caciques indígenas durante la batalla.

La vida de Inés volvió a la tranquilidad durante los años siguientes. En 1548, Pedro de Valdivia, su amante, fue  nombrado gobernador de Chile. Sin embargo, algunas personas enemistadas con él dieron parte de su relación con Inés, obligándole a separarse de ella bajo pena de muerte, así como a proceder a su matrimonio con un vecino de su elección. Así pues, en 1549, y a la edad de 42 años, Inés de Suárez contrajo matrimonio con Pedro Quiroga, uno de los mejores capitanes del Gobernador.

Inés pasó el resto de sus días en la ciudad de Santiago, llevando una vida tranquila. Su matrimonio con Pedro Quiroga nunca tuvo descendencia, exceptuando una hija que el capitán tuvo con una esclava india a la que criaron como si fuera hija de ambos. Inés de Suárez murió  en 1580 a la edad de 73 años, el mismo año que murió su marido.

La figura de Inés de Suárez es prácticamente una desconocida en la Historia de España, no así en su país de adopción, donde es ampliamente conocida, teniendo una estación del metro de Santiago de Chile con su nombre. Así mismo, en 2006, la escritora chilena Isabel Allende publicó su novela Inés del alma mía, relato sobre la historia de Inés de Suarez.

Esta es la vida de Inés de Suárez, una mujer que aunó fortaleza, valentía, desafío y crueldad, acciones que la convirtieron en un personaje para la Historia. La conquistadora de Chile.

jueves, 20 de marzo de 2014

S1. Historia 2: María Pita, la defensora de La Coruña.

En 1588 partía de la Coruña la mayor flota de combate jamás registrada hasta la fecha. Su misión era simple y llanamente la invasión de las Islas Británicas, que, en caso de haberse culminado, habría dado lugar a una de las mayores hazañas logísticas de la Historia. Sin embargo, todos sabemos cuál fue el destino final de la Armada Invencible. Tan sólo un año después, en 1589, la por entonces pequeña ciudad portuaria de La Coruña se encontraba ante una situación bien distinta. La Contrarmada Inglesa, también conocida como la Invencible Inglesa, aprovechando la situación de debilidad que provocó la destrucción de parte de la armada española, decidió iniciar un ataque sobre la Península. Su primer objetivo debía ser el puerto de Santander, pero el cambio de opinión en su almirante, Sir Francis Drake, dió lugar al nacimiento de esta historia. La historia de María Pita, la defensora de La Coruña.

El 4 de Mayo de 1589 una flota inglesa de unos 170 naves se acerca al puerto de La Coruña. La ciudad, pobremente defendida, había iniciado los preparativos para una defensa a la desesperada, llegando a encender un fuego en lo alto de la Torre de Hércules para avisar al resto de la comarca. El gobernador de la ciudad contaba con apenas unos 1500 hombres entre civiles y milicianos para defenderse de una flota con más de 27000 soldados profesionales a bordo.

La mañana del día 4 unos 8000 soldados desembarcaron en una playa cercana, desalojando a los pocos defensores españoles del fuerte de San Antón, y dando comienzo a un despiadado y salvaje ataque sobre la parte baja de la ciudad, en la que murieron más de 500 civiles, y fue saqueado el barrio de La Pescadería. El único reducto restante era la parte antigua de la ciudad, situada en un alto y rodeada por sus viejas murallas, que, tras el exitoso ataque, no parecieron excesivamente peligrosas para los ingleses. Es en este punto donde nos encontramos a la heroína de esta historia, María Pita.

María Mayor Fernández de Cámara y Pita, más conocida como María Pita, había nacido en la parroquia de Sigrás, un pequeño anejo del pueblo de Cambre, a unos 10 kilómetros de La Coruña, en 1565. Muy joven se trasladó a La Coruña, donde se casó con Juan Alonso de Rois, enviudando a los pocos años. Sabemos que en 1589 estaba casada en segundas nupcias con Gregorio de Recamonde. La mañana del asedio inglés, su marido, junto con otros milicianos y civiles, se había apostado en la vieja muralla de la ciudad, resueltos a contener a los invasores. El combate se tornó en una carnicería, en la que los soldados ingleses recibieron más de 1000 bajas. Sin embargo, las fuerzas de los defensores empezaban a flaquear, y los atacantes fueron capaces de abrir una brecha en el muro, por la cual ascendió un alférez inglés, arengando a las tropas con su estandarte. En ese mismo momento, María Pita, que había visto morir a su marido a manos de los invasores, alzo una pica y atravesó el cuerpo del alférez, arrebatándole el estandarte y mostrándolo en alto. La leyenda cuenta que todo esto se hizo al grito en gallego de "Quen teña honra, que me siga", y que este grito, junto con la pérdida del estandarte y el renovado ánimo de los defensores tras ver la bravura de María Pita, hicieron que los ingleses abandonaran la ciudad de vuelta a sus barcos, incapaces de tomar la urbe. Tras el combate, María Pita se dedicó a recoger los cadáveres de los caídos y ayudar a los heridos, ampliando aún más su gesta.

Toda historia, tiene, sin embargo, su lado amargo. Las gestas de María Pita no la llevaron a tener una vida afortunada, enviudando cuatro veces. A la muerte de su último marido, enterándose Felipe II de la situación de la heroica defensora de La Coruña, le concedió una pensión vitalicia como alférez, así como una paga extra mensual y un permiso de exportación de mulas desde España a Portugal. Gracias a este dinero, María Pita pudo criar a sus cuatro hijos sin verse abocada a la miseria. Murió en La Coruña en 1643 a los 78 años de edad.

En la actualidad se rememora la historia de esta coruñesa mediante del monumento honorífico que tiene situado en la Plaza de María Pita, junto al Ayuntamiento de la ciudad. El monumento representa a María Pita alzando una lanza, con el cuerpo del alférez inglés a sus pies.

Estatua de María Pita en la ciudad de La Coruña


Esta es la historia de María Pita, una mujer que no tuvo reparos en mostrar su valentía y arrojo cuando todos a su alrededor lo daban todo por perdido. Una heroína cuya historia debe ser contada.  

lunes, 10 de marzo de 2014

S1. Historia 1: Manuela Malasaña y Clara del Rey. Dos heroínas en el Dos de Mayo.

Mañana del 2 de Mayo de 1808:

Regueros de sangre tintan las calles de Madrid mientras el ruido de los mosquetes y los caballos franceses retumban a lo largo y ancho de toda la ciudad. Mucho se ha escrito sobre los héroes y villanos de ese día, personajes como Daoiz, Velarde o el infame y chulesco general Murat, que inundan los libros de Historia. Pero aquel derroche de heroísmo y valentía no fue solo cosa de hombres. Entre las multitudes que se echaron a la calle para luchar contra el invasor francés se encontraban miles de mujeres. Esta historia se centra en dos de ellas, Manuela Malasaña y Clara del Rey, pero es también un homenaje a todas las mujeres que se jugaron la vida, perdiéndola muchas de ellas, durante aquel día.

Manuela Malasaña tenía 17 años el día en que perdió la vida. Hija de un panadero francés (curiosidades de la Historia) apellidado Malesange, su nombre se había españolizado hasta convertirse en Malasaña. De profesión bordadora, era una persona jovial y alegre.

La mañana en la que estalló la revuelta en Madrid, Manuela se encontraba en su puesto de trabajo, un taller en el que vivía situado en la calle de San Andrés. Junto a otros muchos ciudadanos salió a la calle dispuesta a enfrentarse a los soldados franceses con una mezcla de valentía, rabia y una completa falta de sentido común, que llevaban a los madrileños a atacar a los batallones de soldados a pecho descubierto. Los soldados franceses recuerdan ese día como uno de las peores y más sangrientos combates que vivieron, donde cada ventana escondía un tirador, cada puerta una navaja, llovían macetas desde el cielo y toda una ciudad era su enemiga.

Malasaña y su hija batiéndose contra los franceses, por Eugenio Álvarez Dumont

Manuela, al igual que otros muchos madrileños se reunió en el parque de artillería de Monteleón. Situado en la actual Plaza del 2 de Mayo, el parque se había convertido en el principal refugio de los rebeldes madrileños, comandados por dos jóvenes capitanes de artillería, el sevillano Luis Daoiz de 26 años, y el cántabro Pedro Velarde de 29. Pobremente armados y sin entrenamiento alguno, la joven bordadora, junto al resto de los madrileños, lucharon denodadamente durante un día entero contra el mejor ejército de la época, resistiendo sus ataques y causándoles graves bajas. Manuela, al igual que otras mujeres como Clara del Rey, se movían entre el fuego enemigo cargando las armas, llevando agua a los voluntarios y aprovisionándolos de municiones. Sin embargo la resistencia de los madrileños no vino acompañada de un alzamiento por parte del gobierno y a última hora de la tarde el parque de artillería de Monteleón fue tomado por los franceses. Daoiz y Velarde murieron en la última embestida francesa junto a otros muchos madrileños. El resto, entre ellos Manuela Malasaña, fueron tomados prisioneros. Al ser hecha prisionera trató de zafarse de sus captores, mostrando unas tijeras de sastre que guardaba en sus ropas, herramienta propia de su profesión. Los franceses la ejecutaron de inmediato al considerar que se encontraba armada. Esta muerte trágica, unida a su juventud y alegría generó su leyenda como heroína madrileña.

Clara del Rey, al igual que la joven Manuela, se había unido a los defensores del parque de Monteleón junto a su marido y tres de sus hijos. Natural de Valladolid, se sabe muy poco de su vida, salvo su desdichado final. Aquél día defendió el parque con uñas y dientes (literalmente) contra el ejército francés, animando a los madrileños en el parque y sirviendo en una de las dotaciones de una pieza de artillería.  Clara encontraría su muerte a lo largo del día, cuando una pieza de metralla de un cañón francés la impactó en la frente, matándola en el acto. Junto a ella murieron su marido y uno de sus hijos, dejando según el Archivo histórico Municipal de Madrid "dos hijos solteros".

La Defensa del Parque de Artillería de Monteleón, obra de Joaquín Sorolla 


En la actualidad ambas heroínas cuentan con numerosos monumentos en recuerdo de su valentía. Madrid dedicó a la memoria de Manuela Malasaña uno de sus barrios más conocidos: el barrio de Malasaña, y Clara del Rey cuenta con una calle en el centro de la ciudad. Muestras de afecto a dos de las mujeres que lucharon aquel día por su libertad, pero que, en mi opinión son un monumento a todas las mujeres que salieron aquel día a las calles de Madrid, heroínas anónimas que lucharon junto a los hombres, codo con codo, por su libertad y la de todos los españoles. 

Serie 1: Mujeres en la Historia.

1º Serie: Mujeres en la Historia.

Esta primera serie de Historias en el Olvido se centrará en, probablemente, el mayor olvido de la Historia: el papel de la Mujer a lo largo de ella. Hazañas olvidadas o minusvaloradas en muchas ocasiones debido al sexo de su protagonista, esta serie tratará de sacar a la luz alguna de esas historias. Esperamos que os guste.

lunes, 3 de marzo de 2014

¡Nuevos contenidos!

Sé que algunos de vosotros esperabais una nueva historia en la entrada de esta semana pero creo que es el mejor momento para explicar algunas de las ideas que quiero plasmar en este blog. La semana que viene comenzará la 1º serie de "Historias en el Olvido", un nuevo formato de relatos en el que a lo largo de varias entradas iremos tratando distintas historias con factores comunes. Muchas historias variaran en el tiempo y el espacio en el que ocurrieron, pero todas ellas tendrán un tema común. ¡Esperamos que os guste!

Quería aprovechar también la ocasión para agradecer a todo el mundo la gran acogida que está teniendo el blog, muchas gracias por leer mis historias y por estar ahí. ¡Un saludo!

lunes, 24 de febrero de 2014

Historia 16: Bajo tres banderas

Junio de 1944: Un joven asiático, vestido con el uniforme de la Wehrmacht, es capturado por los soldados paracaidistas de la 101º División Aerotransportada tras la invasión Aliada de Normandía. Inicialmente los soldados americanos creyeron que se trataba de un soldado japonés enviado a luchar en Europa, pero tras tratar de comunicarse con el cautivo se dieron cuenta de que no hablaba una sola palabra de japonés. Esta es, probablemente, la historia del  combatiente más raro de la Segunda Guerra Mundial, Yang Kyoungjong.

En 1905, tras la finalización de la Guerra Ruso-Japonesa, la península de Corea fue declarada protectorado Japonés. Tan solo 5 años después, mediante un tratado de anexión, la península paso a ser considerada territorio japonés. Empezaba así un periodo de ocupación que no terminaría hasta 1945, con el final de la 2º Guerra Mundial. Durante este tiempo la península de Corea fue la base de operaciones perfecta para los ataques japoneses en el norte de China que llevaron a la creación del Gran Imperio de Manchukuo, estado títere de Japón entre 1932 y 1945, situado en la actual Manchuria. Es precisamente en este lugar y en este periodo en el que empieza la curiosa historia de Yang.

Yang Kyoungjong, con el uniforme de la Wehrmacht alemana, en el momento de su captura por parte de los soldados americanos de la 101º División Aerotransportada.

Manchuria 1938: El joven Yang, de tan solo 18 años de edad, fue víctima de un reclutamiento forzoso por parte de las autoridades japonesas en la zona. Su destino era servir como trabajador y combatiente forzoso en el ejército de Kwantung, el ejército japonés que defendía la frontera con la Unión Soviética. Un año después, debido a unas escaramuzas fronterizas entre tropas mongolas (estado títere de la Unión Soviética) y tropas japonesas en el norte de Manchuria, se iniciaron una serie de conflictos militares en la zona. El mayor choque de fuerzas fue la Batalla de Khalkhin Gol, donde un joven general soviético, de nombre Zhukov, venció a las tropas japonesas en una de las primeras batallas entre tanques de la Historia. Zhukov pasaría posteriormente a la Historia como el mejor y más condecorado general de la Unión Soviética en su toda su existencia, siendo, aún hoy, considerado un héroe nacional en Rusia. El destino de Yang Kyoungjong, no parecía, sin embargo, estar tan lleno de gloria como el del joven general cuando fue capturado por las tropas soviéticas en dicha batalla. Tras su captura, el joven Yang fue enviado a un campo de trabajos forzados, donde pasaría los 3 años siguientes de su vida construyendo ferrocarriles en la fría estepa siberiana.

La vida del joven Yang parecía abocada a finalizar en aquel campamento, ya fuese a causa de la desnutrición o del agotamiento, cuando una nueva oportunidad se planteó ante él. Tras la invasión alemana de la Unión Soviética en 1941, y debido a la falta de hombres útiles para el frente, Yang fue incluido en un batallón de castigo. Los batallones de castigo eran formados por grupos de presidiarios o prisioneros a los que, sin apenas instrucción ni equipo, se enviaba a lo más duro del combate con la promesa de conmutar sus penas en caso de salir vivos. Ni que decir tiene que la mayoría de ellos morían rápidamente, ya fuese a manos de los alemanes o de sus propios comisarios, poco propensos a tolerar cualquier tipo de indisciplina. Yang sufrió, por tanto, los peores embates de la guerra, siempre en la primera línea. Sin embargo, su suerte cambiaría de nuevo en la primavera de 1943, cuando, durante la 3º Batalla de Járkov, fue capturado por el ejército alemán y enviado, nuevamente a un campo de prisioneros. Allí le fue ofrecido trabajar como prisionero o ser enviado a la "Ostlegionen", una división alemana formada con voluntarios de distintos países asiáticos. Entre sus filas la "Ostlegionen" contaba con armenios, azerbaiyanos, bielorrusos, estonios, georgianos, lituanos, rusos, uzbecos y kazajos, todos ellos voluntarios o prisioneros que luchaban para conseguir su libertad. Desde ese mismo instante la "Ostlegionen" contaría, además, con un coreano.

Tras su nuevo cambio de bando, Yang fue enviado, junto con otros miembros de la "Ostlegionen", como parte de las defensas en la península de Contentin, en Normandía. Su campamento se encontraba muy cercano a la playa "Utah", uno de las principales lugares de desembarco, junto a la playa "Omaha", de las tropas aliadas en Normandía durante la invasión del día 6 de junio. Así pues, víctima de su extraño destino, Yang Kyoungjong fue capturado por cuarta vez, siendo sus captores, en esta ocasión, los soldados de la 101º División Aerotransportada de los Estados Unidos. En este momento la historia de Yang se vuelve más difusa y difícil de rastrear. Tras una pequeña estancia en un campo de prisioneros, Yang emigró a la URSS, donde pasó apenas 2 años. Posteriormente salió del país y emigró nuevamente, en esta ocasión a Estados Unidos, donde viviría el resto de sus días sin contar nada acerca de su pasado. Yang Kyoungjong murió en un pequeño pueblo de Illinois en 1992, a los 72 años de edad. Detrás dejaba una de las historias más curiosas y a la vez trágicas de la 2º Guerra Mundial.

Esta es la historia de Yang Kyoungjong, un joven soldado que atravesó continentes y luchó en las batallas más encarnizadas, manteniéndose vivo ante todo pronóstico. Un hombre para el cual la guerra no fue un conflicto de ideales, conquista de la gloria, o defensa de la Patria, tan solo se trataba de algo mucho más básico: sobrevivir. 

lunes, 17 de febrero de 2014

Historia 15: El incidente del paso Dyatlov

26 de Febrero de 1959, paso de montaña al sur de los Montes Urales: Un pequeño grupo de 9 excursionistas, estudiantes todos ellos de la universidad Técnica Estatal de los Urales, en la ciudad de Ekaterimburgo, es encontrado muerto en extrañas condiciones en la ladera de la montaña Jolat Siajl, junto a un paso de montaña.  Sus nombres eran: Igor Dyatlov de 23 años y líder de la expedición, Zinaida Kolmogorova de 22 años, Liudmila Dubinina de 21 años, Aleksandr Kolevatov de 25 años,  Rustem Slobodin de 23 años, Yuri Krivonischenko de 24 años, Yuri Doroshenko de 21 años, Nicolas Thibeaux-Brignollel de 24 años y Alexander Zolotarev de 37 años y guía de la zona. Esta desgracia, aparentemente normal a la par que terrible, esconde, aún hoy, multitud de enigmas para todos los investigadores que se han interesado en ella, y es considerada por algunos como uno de los grandes enigmas de la Historia.

Enero de 1959, Universidad de Ekaterimburgo: Un grupo de 10 jóvenes, todos ellos grandes aficionados al esquí y al alpinismo, preparan una expedición con el fin de llegar a Otorten, una montaña situada en una de las zonas más inóspitas de los Urales. La dificultad de la ruta era conocida por los expedicionarios; no en vano Otorten era conocida como "La Montaña de la Muerte" por los mansi, una tribu de cazadores que habitan la región desde hace más de 1000 años, pero este hecho no amedrentó a los jóvenes miembros de la expedición, deseosos de alcanzar la cumbre de la montaña. Pertrechados con sus esquís de travesía y su material de acampada partieron hacia Vizhai, una pequeña población en el sur de la estribación montañosa, famosa por ser el campamento base de multitud de expediciones que, aún hoy en día, exploran la cordillera.

La mañana del 27 de enero el grupo partió en dirección al pico Otorten, pero tan solo un día después de su salida, uno de los miembros, Yuri Yudin, debió volver a Vizhai víctima de una enfermedad. Este inoportuno malestar, que desbarató los planes de la joven de alcanzar la cumbre de la montaña, demostró ser la salvación de Yuri, que de haber continuado habría sufrido el mismo destino que sus compañeros. Así pues, el grupo, ya reducido a 9 personas, prosiguió con su misión, camino de la cima. Desde ese mismo instante se perdió por completo el rastro de los expedicionarios. Su historia solo puede ser reconstruida a través de las distintas pruebas que se encontraron tras salir en su búsqueda el 20 de Febrero del mismo mes. A través de los diarios del grupo y las fotografías tomadas por ellos mismos sabemos que el grupo acampó en la ladera de una montaña, como consecuencia de una ventisca que les hizo perder la orientación. Lo ocurrido a partir de entonces es un completo enigma.

Liudmila Dubidina abrazando a Yuri Yudin. En segundo plano se encuentra Igor Dyatlov (izquierda) y Nicolas Thibeaux-Brignollel (derecha)

La mañana del 26 de Febrero, los grupos de rescate descubrieron los restos del campamento expedicionario. La tienda de campaña se encontraba completamente rasgada desde el interior, pero no había rastro alguno de supervivientes. Un camino de huellas heladas llevo a los investigadores hasta el borde de un bosque cercano donde encontraron las primeras muestras del salvaje final de la expedición: los cadáveres de Yuri Krivonischenko y Yuri Doroshenko completamente desgarrados debajo de un gran pino. Al parecer había tratado de escalar el árbol, pero las ramas no habían aguantado su peso y se habían precipitado desde gran altura, muriendo en la caída o por una hipotermia posterior. Junto a ellos habia una pequeña hoguera, y, curiosamente, ambos se encontraban semidesnudos, hecho que demostraría ser una constante en el resto de los miembros de la expedición. Cerca de este pequeño campamento improvisado se encontraron los cadáveres de Dyatlov, completamente congelado y sosteniendo una pesada rama en posición de defensa, Slobodin, con una agujero de 18 centímetros en su cráneo y unos metros más allá Kolmogorova, con su cuerpo completamente anaranjado y el pelo de un tono grisáceo. Las bajas temperaturas permitieron conservar los cuerpos en la misma posición en la que murieron, lo que indicó a los investigadores que los tres miembros de la expedición estaban tratando de volver al campamento inicial. El rescate del resto de miembros se alargó hasta Mayo de ese mismo año, cuando fueron encontrados en un barranco en lo profundo del bosque donde habían sido encontrados sus compañeros.  Thibeaux-Brignollel había sufrido grandes daños en el cráneo, el guía Alexander Zolotarev tenía varias fracturas en el pecho y, al igual que Kolmogorova, su cabello había adquirido un tono grisáceo, mientras que su piel había envejecido repentinamente. Liudmila Dubidina fue encontrada sin lengua, con su cabeza al revés, y lo que es más extraño, con restos de radioactividad extrañamente altos. El resto de los miembros murieron por hipotermia.

La investigación de las autoridades al respecto fue, cuando menos, poco ortodoxa. Multitud de elementos, como por ejemplo los restos de radioactividad encontrados en el cadaver de Liudmila o los extraños cambios en la tonalidad del pelo de algunos de los miembros, fueron dejados fuera de la investigación. La aparición de los cadáveres semidesnudos se explicó en base al concepto del "desvestirse paradójico" proceso por el cual las personas en proceso de sufrir una hipotermia se desnudan en un momento de confusión, acelerando así su muerte, sin tener en cuenta los restos de radioactividad que se encontraron en la ropa de casi todos ellos. Las autoridades cerraron el caso, dando como causa de la muerte una "desconocida fuerza irresistible", y archivaron la causa en un directorio secreto que no fue revelado hasta 1990. Sin embargo, algunas controversias rodean la investigación. Testigos del rescate afirman haber encontrado unas gafas de sol y parte del equipo de montaña típico de los soldados de la URSS. Durante los siguientes meses, además, fueron visibles en la zona unas grandes nubes de color anaranjado en toda la zona, ante las cuales las autoridades dijeron que se trataba de una pequeña fuga de gas paralizante en una fábrica. Durante los funerales de los excursionistas sus familiares observaron un extraño "tono marrón" en sus pieles. Multitud de inexactitudes y fallos en la investigación, así como una extraña falta de interés por parte de los principales miembros de la policía en investigar el caso, han llevado a los investigadores a lo largo de los años a preguntarse qué es lo que ocurrió verdaderamente allí. Algunos hablan de simple ataque de locura y terrible destino, otros más aventureros defienden que se trata de un ataque alienígena. Sin embargo existe una teoría que fue fuertemente atacada durante los años siguientes al accidente. El periodista de investigación Anatoly Guschin defiende en su libro "9 vidas es el precio de los secretos de Estado" que los excursionistas se acercaron sin conocimiento a un centro de investigación de armamento secreto de la URSS localizado en la zona donde se estaba probando un "arma experimental soviética", una especie de campo de pruebas de armas químicas que podrían ser las causantes de las extrañas muertes de los excursionistas.

Imagen de los restos de la tienda junto a dos de los investigadores

Este misterio sigue sin resolver actualmente. Se trata de una de esas historias ocultas en el tiempo, sobre cuyo final no podemos salvo teorizar y realizar conjeturas. Historias llenas de misterio que llenan nuestras mentes de dudas y nuestros corazones de miedo. Yuri Yudin, la única sobreviviente de la expedición, declaró recientemente:


 "Si yo tuviera la oportunidad de hacerle a Dios una sola pregunta sería, ¿Qué pasó realmente con mis amigos esa noche?"

lunes, 10 de febrero de 2014

Historia 14: La Montaña Sagrada

Al alba del 29 de de 1453, el enorme ejército otomano del Sultán Mehmet II aprovechaba una de las múltiples fisuras en la muralla de Constantinopla para invadir la ciudad, asesinando al último Emperador Romano de Oriente durante el combate. Este hecho significó el fin del Imperio Oriental y su paso a los libros de Historia. Pero, ¿es posible que exista un pequeño reducto donde el Imperio Romano de Oriente siga vivo 561 años después de su caída? Esta es la historia del Monte Athos, la Montaña Sagrada.

Dice la mitología griega que Athos era el nombre de uno de los poderosos gigantes que desafiaron a los Dioses Olímpicos. Poseidón, Dios griego del mar, libró una encarnizada batalla con este ser, y, tras derrotarlo, lo enterró bajo una pesada piedra, que recibiría el nombre de su poderoso húesped. Así surgió el nombre que bautiza  la pequeña península del Monte Athos, al norte de Grecia. Durante el Siglo X, la península se fue poblando de monjes ortodoxos, atraídos por lo remoto de su localización, y auspiciados por Basilio II, creando "de facto" una provincia monástica. En los siglos venideros la zona se benefició de la protección de los Emperadores de Oriente, que mantuvieron el status de la pequeña cordillera. Fue durante esos siglos cuando los habitantes de las zonas circundantes empezaron a denominar al Monte Athos como la "Montaña Sagrada", debido a las grandes poblaciones de monjes que existían, así como a la prohibición de acceso que existía para toda aquella persona ajena al clero ortodoxo.

Monasterio de Simonos Petra en el Monte Athos

En 1453, y tras la caída del Imperio, los monjes esperaron pacientemente a la llegada de los invasores, pensando que aquel sería el final de casi 5 siglos de estancia en la península. Sin embargo los invasores otomanos, considerando lo remoto de la zona, permitieron a los pequeños monasterios continuar con sus actividades, así como con sus propias celebraciones, ritos y legislaciones promulgadas por los Emperadores de Oriente, a cambio de unos impuestos anuales. La paz había llegado de nuevo a la Montaña Sagrada, que durante más de 4 siglos luchó por sobrevivir, contando con cada vez menos monjes capaces de trabajar para satisfacer el diezmo. La suerte de la Montaña cambió en el siglo XIX, cuando donaciones y nuevos miembros para los monasterios empezaron a llegar desde Rusia, Rumania o Bulgaria.

El nuevo siglo llegó a la península, y con él, los vientos del conflicto. En 1912 los otomanos fueron expulsados de la zona, y esta fue puesta en manos del Estado Griego. Tras el conflicto, los gobernantes griegos y la Comunidad Sagrada (grupo de 20 monjes portavoces de los 20 monasterios de la Montaña) se reunieron y crearon los "Fueros de la Montaña Sagrada de Athos", la normativa que regula el status jurídico de la zona, así como su soberanía y control. De manera teórica la zona pertenece a Grecia, pero en la realidad es gobernada como un territorio autónomo independiente del resto del país. Esta peculiaridad le convierte en el llamado "Estado Monástico Autónomo de la Montaña Sagrada" y le permite estar exento de ciertas leyes, tanto griegas como europeas, conservando en su lugar las normas de acceso que se acordaron con el Emperador Basilio II. Entre algunas de las curiosidades de dicho acuerdo se encuentra la prohibición absoluta de la entrada de mujeres en el Monte Athos, la necesidad de obtener un visado especial en una de las poblaciones cercanas para poder entrar en la Montaña y la existencia de un cupo máximo de visitantes diarios, siendo 120 la cantidad máxima, 110 griegos y un máximo de 10 extranjeros. Otra de las prohibiciones existentes es la imposibilidad del tráfico por tierra con el resto de Grecia, pudiéndose efectuar la entrada única y exclusivamente a través del pequeño puerto de Dafni.

En la actualidad el Monte Athos continua existiendo como un territorio aútonomo, con su cultura, su autonomía, su lengua y sus ritos propios, todos ellos conservados desde hace más de cinco siglos. Pero quizás lo más sorprendente de esta pequeña montaña anclada en el pasado es su escudo de armas, símbolo que ondea en las banderas de los pocos edificios oficiales que existen en la península. En ellas, sobre fondo amarillo, aún puede verse el Águila bicéfala de Bizancio. El último reducto de un Imperio desaparecido hace más de 500 años.

Águila Bicéfala, símbolo del Imperio Romano de Oriente



lunes, 3 de febrero de 2014

Historia 13: 3 Gemelos

Madrugada del 15 de Abril de 1912, Atlántico norte:

El RMS Titanic, el barco más grande del mundo en el momento de su botadura, se hundía en las gélidas aguas del océano Atlántico provocando una de las mayores tragedias navales de la Historia con más de 1500 muertos. Este hecho es ampliamente conocido y ha sido llevado a las pantallas de cine y reflejado en libros multitud de ocasiones. Sin embargo muchos no sabréis que el Titanic contaba con dos barcos "gemelos", prácticamente iguales a él. Esta es la historia de los gemelos del Titanic.

Durante los primeros años del Siglo XX, dos empresas navieras inglesas, Cunard Line y White Star Line, se disputaban el control del tráfico de pasajeros a lo largo del Atlántico, principalmente las rutas que unían Londres y Nueva York, flujo incesante de inmigrantes de toda Europa hacia los Estados Unidos. En 1906, Cunard Line botó dos barcos gemelos, el Lusitania y el Mauritania, que se convirtieron en los buques más grandes y lujosos hasta la fecha. En respuesta a dichos barcos, la White Star Line proyectó los buques de la clase Olympic: 3 buques prácticamente similares que serían bautizados como Olympic, Titanic y Gigantic. La construcción de los tres barcos comenzó prácticamente a la vez, siendo el buque Olympic el primero en ser terminado y realizando su viaje inicial el 14 de junio de 1911. La botadura del primero de los buques de la clase Olympic prometía un tiempo de bonanza y crecimiento para la White Star Line, que por fin contaba con un buque capaz de igualar y sobrepasar a la competencia. Sin embargo dichos auspicios se vieron truncados el 20 de Septiembre de 1911, momento en el cual el Olympic chocó con el buque militar HMS Hawke, provocando grandes daños en el casco del barco. Desde ese preciso instante un halo de mala suerte cubrió a los 3 barcos de la White Star Line, que parecían malditos desde su botadura. Tan solo unos meses más tarde el Titanic se hundía con más de 1500 personas en su viaje inaugural, provocando una enorme crisis en la White Star Line, que veía como se diluían sus esperanzas de control de la ruta del Atlántico Norte. Las pérdidas fueron enormes tanto en lo humano como en lo económico, y la empresa se encontró un una dura situación: uno de sus buques insignia se había hundido, otro estaba en reparación y el tercero había sido botado tan solo 5 meses antes del hundimiento del Titanic, por lo que la compañía decidió devolverlo a los astilleros para realizar una completa modificación de su casco exterior.

El Olympic (Izquierda), junto a su gemelo el Titanic (Derecha)

El RMS Gigantic fue el último de los buques de la clase Olympic creados por la White Star Line. Era el mayor de los tres y el más lujoso de todos, y su nombre era una prueba fehaciente de dicha majestuosidad. No obstante, tras el incidente del Olympic y el hundimiento del Titanic, la White Star Line decidió modificar el nombre del buque, ya que consideraban que recordaba excesivamente la historia del malogrado Titanic. Así unos meses después de su botadura el RMS Gigantic fue renombrado como RMS Britannic. Existe una leyenda entre los marineros que dice que cambiar el nombre de un barco trae mala suerte. El RMS Britannic puede que sea una prueba de ello.

Agosto de 1914: Con el comienzo de la 1º Guerra Mundial, el Almirantazgo Británico decide requisar todos los trasatlánticos con el fin de darles un nuevo uso. Entre los buques requisados se encuentran el Olympic, el Britannic y el Lusitania, barco de la empresa rival Cunard Line. Los tres buques esperaron su nuevo destino en los muelles de Belfast durante más de 10 meses hasta que se decidió su misión: El Olympic y el Britannic servirían como buques hospital en el Mar Mediterráneo, mientras que el Lusitania se encargaría del transporte de material de guerra y voluntarios provenientes de los Estados Unidos. Desde este momento se separaron las historias de estos tres barcos, acérrimos rivales en la navegación Atlántica, y cuyo final sería tan distinto.

7 de Mayo de 1915, 14:00h, costa del sur de Irlanda:
El RMS Lusitania es alcanzado por un torpedo del submarino alemán U-20, provocando el hundimiento del barco tan sólo 18 minutos después del impacto. Murieron más de 1100 personas, entre ellas casi 300 ciudadanos estadounidenses. A la postre esta actuación sería el motivo que alegaron los Estados Unidos para declarar la guerra a Alemania. Se hundía así uno de los principales rivales de los buques de la clase Olympic, que mientras proseguían su misión en el Mediterráneo. Como consecuencia del hundimiento del Lusitania el Olympic fue trasladado al Atlántico.

Hundimiento del Lusitania: Este hecho provocaría la entrada de los EEUU en la guerra

21 de Noviembre de 1916, 8:12h, canal de Kea (Mar Egeo)
Una explosión provoca una abertura en el casco del RMS Britannic mientras realizaba el traslado de soldados heridos hacia Grecia. Se desconoce si la explosión fue provocada por una mina o un torpedo alemán, pero tan solo una hora después del impacto el buque se ha hundido por completo, provocando la muerte de 29 pasajeros de los 1100 a bordo. El resto pudieron ser socorridos por los buques escolta. El Britannic encontraba así un fin similar al de su otro hermano hundido, aguardando en el fondo del Mar Egeo. 

Tras el hundimiento del Britannic solo quedaba el Olympic, aquel barco que parecía maldito casi desde su botadura. El 12 de Mayo de 1918 fue atacado por un submarino alemán mientras realizaba la ruta entre Londres y Estados Unidos. Lo que podría haberse convertido en una nueva masacre y en la confirmación final de la mala suerte que había recaído sobre los barcos de la White Star Line, se convirtió en una de las mayores hazañas navales de la época: tras fallar el disparo de su torpedo, el submarino alemán, comprobando que se trataba de un buque desarmado, decidió subir a la superficie y atacar al Olympic con su cañón. El Capitán del Olympic consiguió, sin embargo, maniobrar aquella mole de metal y embestir al pequeño submarino alemán, hundiéndolo. Tras dicha actuación el barco continuó sirviendo en la guerra, e incluso después de esta, momento en el cual volvió  a ser utilizado como trasatlántico. Hasta 1935 sirvió como buque de transporte de pasajeros ganándose el apodo del  "Viejo fiable de los mares". Conseguía así acabar con la mala suerte que había hundido a sus hermanos y fue la tabla de salvación que mantuvo a flote a la White Star Line.

El RMS Olympic con el camuflaje que se le aplicó durante el conflicto


Esta es la historia de los 3 buques gemelos, el Olympic, el Titanic y el Britannic, tres barcos que estaban destinados a cambiar la historia del transporte de pasajeros y a los que la Historia y los acontecimientos tenían reservados un final mucho más trágico.

viernes, 24 de enero de 2014

Historia 12: La Operación Paperclip

Primavera de 1945

Tras el fracaso de las sucesivas líneas de defensa alemanas en el este, la entrada de los ejércitos soviéticos en Berlín parece ya imparable. Los Aliados, hasta entonces confiados de poder adelantar a la URSS en la carrera por la capital del Reich, empiezan a plantearse un nuevo problema: la caída en manos rusas de toda la tecnología y científicos que durante años habían creado algunas de las armas militares más terroríficas de la historia; las Wunderwaffe o "armas milagrosas" alemanas. Ante esta perspectiva, los altos mandos de la OSS (Oficina de Servicios Estratégicos, antecesora de la actual CIA) plantearon una de las misiones de espionaje más audaces de la historia: la extracción de más de 700 expertos y científicos alemanes dispersos a lo largo y ancho de una Alemania todavía en guerra, y su posterior introducción ilegal en los Estados Unidos. Esta es la Operación "Paperclip".

"Paperclip" era el nombre en clave de la mayor operación de extracción de personal de investigación científica y militar jamás realizada. Inicialmente su nombre fue operación "Overlord" y consistía, únicamente, en una serie de entrevistas con los expertos alemanes una vez terminada la guerra en Europa. Sin embargo, debido al empuje de las fuerzas soviéticas, los servicios secretos Aliados tuvieron que reformular el plan, incluyendo la extracción de dichos científicos de Alemania, ya que, en muchos casos, quedarían bajo la influencia soviética y sería imposible acceder a ellos. Así pues, la OSS se puso manos a la obra e inició sus pesquisas acerca de los miembros relevantes en la investigación nazi de campos tan avanzados en aquel entonces como la cohetería, la aeronáutica, la creación de combustibles sintéticos, la electrónica o la física nuclear. La tarea de identificar a los miembros clave de dichos sectores de investigación fue sumamente ardua y se realizaba a contrarreloj: cada día más sectores de Alemania caían bajo el ímpetu de los ejércitos soviéticos. Cuando la elaboración de dicha lista parecía imposible se produjo un golpe de suerte: un técnico polaco encontró una copia de la llamada Lista Osenberg en un baño que no había sido limpiado correctamente. La Lista Osenberg era el listado de todos los científicos que desarrollaban actividades de investigación para el Reich alemán y se había creado a partir de la iniciativa de 1943 para el desarrollo de material armamentístico, promulgada por Hitler tras el fracaso en la invasión de la URSS. Con ella los Aliados contaban con una copia de la lista más exhaustiva acerca del personal de investigación alemán, facilitando la identificación de los objetivos y su extracción. Entre los objetivos de dicha lista se encontraban científicos tan ilustres como Wernher Von Braun, desarrollador de los cohetes V1 y V2, primeros cohetes balísticos de la historia, y posterior jefe de ingenieros en los programas de la NASA que llevaron al hombre a la Luna, Ernst Stuhlinger, físico nuclear pionero en el desarrollo de la propulsión con motores eléctricos, Erich Traub, virólogo que creador de multitud de vacunas o Hans Von Ohain, uno de los inventores del motor a reacción entre otros. Werner Heisenberg, director de la investigación nazi de la bomba atómica y Premio Nobel de Física en 1932, fue internado en Inglaterra bajo la actuación de la Operación Epsilon, la versión anglosajona de la Operación Paperclip.

Muchos de los miembros de dicha lista se entregaron voluntariamente a los Aliados tras la evacuación de la isla de Peenemünde, una pequeña población en una de las islas alemanas en el Báltico donde los nazis tenian su mayor centro de investigación y los científicos trabajaban en un régimen de semi-esclavitud. Así pues más de 500 científicos se entregaron voluntariamente tras escapar de la isla, mientras las unidades soviéticas los perseguían, deseosos de incorporarlos a sus equipos de investigación. Se trataba de una "caza al hombre" donde los servicios secretos de todos los países deseaban repartirse los pedazos de la investigación alemana. Por otra parte, no todos los científicos salieron voluntariamente de Alemania, algunos fueron raptados de sus empresas o centros de trabajo y trasladados sin su consentimiento a los Estados Unidos como fue el caso del experto Herbert Wagner, sacado a punta de pistola por un grupo de soldados americanos de la sede de la empresa Henschel.

Si la localización y extracción de estos científicos fue extremadamente complicada debido a la situación del país, su introducción en los Estados Unidos no sería más fácil. Todos ellos habían ayudado al esfuerzo de guerra alemán durante el conflicto y por lo tanto tenían vedada la entrada legal en el país. Para evitar dicho veto, la OSS, a espaldas de su propio gobierno, se encargó de proporcionarles identidades falsas con las que cruzarían la frontera, así como trabajos falsos que servirían de tapadera durante los primeros meses. Muchos de los científicos de la operación Paperclip sirvieron como personal de limpieza en las casas de los miembros de la OSS durante el verano de 1945. Ese mismo año les fueron ofrecidos trabajos en distintos centros de investigación militar de los EEUU, siempre en condiciones irregulares. Solo a partir de 1950 se regularizó la situación de estos investigadores, que pudieron conseguir sus visados en el consulado estadounidense de Ciudad Juárez en México.

Los científicos de la Operación Paperclip fotografiados en Fort Bliss, Texas

Es difícil calcular el impacto que la entrada de estos científicos tuvo en el espectacular avance tecnológico que vivieron los Estados Unidos en los años 50, un país con una gran falta hasta entonces de personal científico puntero, pero podemos comprobar como muchos de ellos fueron directores de sus departamentos hasta 1970 y desarrollaron algunas de las mayores maravillas tecnológicas del Siglo XX. Los Estados Unidos aprovecharon el potencial de estos científicos y ellos, a cambio, les otorgaron su conocimiento, lo que provocó una época de un  enorme avance tecnológico. Nada de todo esto habría sido posible sin la Operación Paperclip, la mayor operación de espionaje de la Historia.

lunes, 13 de enero de 2014

Historia 11: Los verdaderos descubridores del "Nuevo Mundo"

"Colón descubrió América el 12 de Octubre de 1492". Todos recordamos este "mantra" que se repetía (y se sigue haciendo) incesantemente en las clases de Historia de nuestra niñez. Se decía, además, que fue el primer europeo en pisar tierra americana, iniciándose, con él, el contacto entre los dos continentes. Pero, ¿qué ocurriría si descubriésemos que ya hubo europeos en América 500 años antes que Colón?. ¿Que el tan manido descubrimiento de América no es más que una inexactitud histórica? Esta es la historia de Erik el Rojo y su hijo Leif Erikson, los primeros europeos en pisar el "Nuevo Mundo".

Erik Thorvaldsson, nació en el Reino de Rogaland, territorio en la costa suroeste de Noruega, en el año 950 d.C. Hijo de un exiliado por asesinato, se sabe poco acerca de su niñez excepto una característica física: un pelo de color rojizo oscuro, que le haría merecedor del apodo con el que ha pasado a la Historia: Erik El Rojo. Siendo relativamente joven viajó a Islandia, tierra ya colonizada por los vikingos. En el año 982 d.C partió en dirección oeste siguiendo las indicaciones escritas en las sagas de algunos marineros vikingos que se habían adentrado en el Atlántico antes que él. Ese mismo año llegó a las costas de Groenlandia, bordeando la zona sur de la isla y descubriendo zonas libres de hielo, y, por lo tanto, habitables. En una muestra de ingenio, Erik El Rojo llamó a la isla "Groenlandia" lo que traducido significa "Tierra Verde", en un afán por atraer a colonos a sus recién descubiertos dominios. Durante 3 años Erik el Rojo creó un grupo de voluntarios dispuestos a colonizar Groenlandia. En el año 985 marchó de nuevo hacia la isla, pero esta vez no lo hacía solo: marchaba con 25 embarcaciones y más de 3000 colonos. Construyeron varios asentamientos a lo largo de los distintos fiordos de la isla, y durante 15 años la isla prosperó, nutriéndose con más colonos que trataban de escapar de Islandia, pobre y superpoblada. Entre los años 1002 y 1003 la desdicha se cebó con la pequeña población siendo víctima de una epidemia que acabó con parte de la escasa población, incluyendo a Erik El Rojo. Sin embargo la población supo sobreponerse, gracias, en parte, a los denodados esfuerzos de uno de los hijos de Erik Thorvaldsson, Leif Erikson, también conocido como "El afortunado".

Leif Eriksson había nacido en el año 970 en Islandia, durante la estancia de su padre en dicha isla. Con tan solo 15 años partió junto a su padre a colonizar Groenlandia. En el año 1000, siguiendo las historias que contaban algunos mercaderes, reunió un pequeño grupo de hombres y cruzó nuevamente el Atlántico en dirección al norte del continente americano. Cuentan las sagas que Leif invitó a su padre para el viaje, pero este cayó de su caballo en el camino, y tomándolo como un mal augurio, decidió quedarse. Erik murió el primer invierno tras la partida de su hijo.


Sello estadounidense con la imagen de Leif Erikson

El viaje de Leif le llevó por el norte de la actual Canadá, siguiendo la costa en dirección sur hacia Terranova. Bautizó las zonas descubiertas como Helluland (Tierra de Arroyos), Markland (Tierra de Bosques) y Vinland (Tierra de Viñedos). Leif se convirtió, así, en el primer europeo en pisar el continente americano, 492 años antes de que lo hiciese Cristobal Colón. Su campamento, según las sagas, quedó localizado en la costa de Terranova. Poco se sabe de la evolución de este pequeño asentamiento, excepto que fue abandonado unos 20 años después, probablemente víctima del clima y el acoso por parte de los indígenas. Leif Erikson murió en el año 1020 sin que se sepa cuál fue su final.


Imagen con la ruta de Leif Erikson en el año 1000 d.C

Toda esta historia, profusamente detallada en las sagas vikingas, fue negada por los historiadores durante más de 500 años, que trataron de ocultar algunos elementos de prueba como el mapa de Vinland, un mapamundi del siglo XIII en el que ya aparecen las costas del norte de Canadá. Sin embargo, en la década de 1960, el arqueólogo noruego Helge Ingestad descubrió los restos del campamento de Leif Erikson en el norte de Terranova, en la conocida como Ensenada de las Medusas, quedando así demostrada la historia que contaban las sagas.


Reconstrucción de las cabañas del campamento de Leif Erikson en el norte de Terranova

Quizás está pequeño relato no sirva para darle a estos personajes el valor y la relevancia histórica que merecen. Su historia probablemente siga en el olvido y no tenga el lugar que debería en los libros de Historia de los colegios. Sin embargo creo que todos deberiamos conocer las aventuras de Erik Thorvaldsson y Leif Erikson, los primeros exploradores europeos en América.