martes, 29 de octubre de 2013

Historia 4: La leyenda de Barbanegra

A lo largo de los últimos siglos escritores y estudiosos de todo el mundo se han sentido atraídos por la piratería y la figura de los piratas más famosos de la Historia. Hoy contaremos la vida del que, quizás, sea uno de los piratas más icónicos: Barbanegra.

Edward Teach era oriundo de Bristol, una bulliciosa ciudad del oeste de Inglaterra beneficiada por el río Avon, navegable hasta la propia urbe; que la convertían en un puerto "interior" (similar a Sevilla por ejemplo). Quizás por esa afluencia de barcos siempre se sintió atraído por la marinería, por lo cual se enroló en la Armada Británica, la famosa Royal Navy.

Durante el periodo de la Guerra de la Reina Ana (nombre atribuido a los combates fruto de la Guerra de Sucesión Española que se dieron en el mar Caribe y el Atlántico), Edward Teach se dedicó al corso, una especie de piratería legal, para la cual los gobernantes de una nación entregaban unos documentos, llamados patentes de corso, a aquellos marineros que se dedicasen a asaltar barcos del enemigo, quedándose con parte del botín. Sin embargo, en 1713, Inglaterra se retiró de la Guerra de Sucesión, lo que dejó a unos 40000 marineros de la Royal Navy sin empleo, muchos de ellos en lugares remotos. Este fue el caldo de cultivo perfecto para que muchos, sin empleo, pero con los conocimientos suficientes para convertirse en asaltantes efectivos, se convirtiesen en piratas.

Sin embargo Edward Teach  no llegó  a la piratería en una época gloriosa como había sido el siglo XVII, sino más bien en una época decadente, principalmente por la aparición en las costas del Caribe de los grandes navíos de línea europeos que escoltaban los preciados productos hasta puertos seguros, haciendo que la piratería fuese una actividad mucho más peligrosa. Aún con todos estos inconvenientes, Edward Teach se inició en la piratería junto al capitán Benjamin Hornigold, con quién estuvo desde 1716 hasta 1718, momento en el cual el capitán Hornigold se acogió al perdón que había ofrecido el Rey Jorge I de Inglaterra para todos los piratas que hubiesen servido en la Royal Navy. Desde ese momento Edward Teach se mantuvo como uno de los pocos "bandidos del mar" que quedaban en el Caribe, iniciándo sus fechorías como capitán de "La Venganza de la Reina Ana", un buque francés capturado y reconvertido en barco pirata. Como muestra del terror que generaba su capitán en todo el Atlántico cabe decir que los habitantes caribeños creían que el barco estaba embrujado y obedecía las ordenes de Barbanegra.

Armado con un gran buque, y haciendo gala de unos avances inimaginables en el arte de la guerra psicológica, Barbanegra infundió el terror por todo el Caribe y las costas de Norteamérica, apresando barcos y extorsionando ciudades costeras como Charleston. Fue en estos momentos cuando inició su aparición en los asaltos como una figura fantasmagórica o demoníaca. Para ello se dejó crecer una larga y espesa barba de color negro, que le dió su nombre como capitán. Si este aspecto unido a su gran estatura y corpulencia no fuesen suficientemente intimidantes, Teach inició otra serie de modificaciones en su aspecto exterior que quedan resumidas en el siguiente párrafo:
   
"Antes de lanzarse a la batalla se colocaba cerillas encendidas bajo el sombrero. Eran largos palillos de arder lento, hechos de cuerda de cáñamo mojado en salitre y agua de sal. El efecto resultaba aterrador. Su cara, con los feroces ojos y el pelo enmarañado de la barba, estaba enmarcada en humo y a sus presas les parecía talmente un demonio salido del infierno. Su parecido con algún tipo de pirata demoníaco quedaba completado con una bandolera con tres pistolas cargadas y amartilladas para el disparo y por las pistolas, dagas y alfanjes adicionales que portaba alrededor del cinturón"
Extracto del libro The Pirates de Douglas Botting. Abella, Rafael, op. cit., p. 196


Ante tales actuaciones, y debido al terror existente entre los mercaderes de la zona,  el gobernador de Virginia envió al Teniente Robert Maynard al frente de una expedición con dos navíos y dos barcos de menor calado a la captura del famoso pirata. El encuentro entre el barco de Barbanegra y la flota de Maynard fue una especie de caza del ratón al un gato, con Barbanegra  tratando de eludir el contacto y mientras Maynard buscaba acorralarlo. Finalmente Maynard hizo encallar el barco de Barbanegra y le obligó a enfrentarse directamente. En el abordaje los dos capitanes lucharon cara a cara, hiriendo Barbanegra a Maynard en una mano antes de que el teniente pudiese dispararle y acabar con su vida. La cabeza del pirata fue expuesta en el barco de Maynard al llegar a su puerto de destino. Este fue el final de Edward Teach, más conocido como Barbanegra, el último de los grandes piratas del Caribe.

                                      Escena del combate entre Edward Teach y el Teniente Robert Maynard