Junio de 1944: Un joven asiático, vestido con el uniforme de la
Wehrmacht, es capturado por los soldados paracaidistas de la 101º División
Aerotransportada tras la invasión Aliada de Normandía. Inicialmente los
soldados americanos creyeron que se trataba de un soldado japonés enviado a
luchar en Europa, pero tras tratar de comunicarse con el cautivo se dieron
cuenta de que no hablaba una sola palabra de japonés. Esta es, probablemente,
la historia del combatiente más raro de
la Segunda Guerra Mundial, Yang Kyoungjong.
En 1905, tras la finalización de
la Guerra Ruso-Japonesa, la península de Corea fue declarada protectorado
Japonés. Tan solo 5 años después, mediante un tratado de anexión, la península
paso a ser considerada territorio japonés. Empezaba así un periodo de ocupación
que no terminaría hasta 1945, con el final de la 2º Guerra Mundial. Durante
este tiempo la península de Corea fue la base de operaciones perfecta para los
ataques japoneses en el norte de China que llevaron a la creación del Gran
Imperio de Manchukuo, estado títere de Japón entre 1932 y 1945, situado en la
actual Manchuria. Es precisamente en este lugar y en este periodo en el que
empieza la curiosa historia de Yang.
Yang Kyoungjong, con el uniforme de la Wehrmacht alemana, en el momento de su captura por parte de los soldados americanos de la 101º División Aerotransportada.
Manchuria 1938: El joven Yang, de tan solo 18 años de edad, fue
víctima de un reclutamiento forzoso por parte de las autoridades japonesas en
la zona. Su destino era servir como trabajador y combatiente forzoso en el
ejército de Kwantung, el ejército japonés que defendía la frontera con la Unión
Soviética. Un año después, debido a unas escaramuzas fronterizas entre tropas
mongolas (estado títere de la Unión Soviética) y tropas japonesas en el norte
de Manchuria, se iniciaron una serie de conflictos militares en la zona. El
mayor choque de fuerzas fue la Batalla de Khalkhin Gol, donde un joven general
soviético, de nombre Zhukov, venció a las tropas japonesas en una de las
primeras batallas entre tanques de la Historia. Zhukov pasaría posteriormente a
la Historia como el mejor y más condecorado general de la Unión Soviética en su
toda su existencia, siendo, aún hoy, considerado un héroe nacional en Rusia. El
destino de Yang Kyoungjong, no parecía, sin embargo, estar tan lleno de gloria
como el del joven general cuando fue capturado por las tropas soviéticas en
dicha batalla. Tras su captura, el joven Yang fue enviado a un campo de
trabajos forzados, donde pasaría los 3 años siguientes de su vida construyendo
ferrocarriles en la fría estepa siberiana.
La vida del joven Yang parecía
abocada a finalizar en aquel campamento, ya fuese a causa de la desnutrición o
del agotamiento, cuando una nueva oportunidad se planteó ante él. Tras la
invasión alemana de la Unión Soviética en 1941, y debido a la falta de hombres
útiles para el frente, Yang fue incluido en un batallón de castigo. Los
batallones de castigo eran formados por grupos de presidiarios o prisioneros a
los que, sin apenas instrucción ni equipo, se enviaba a lo más duro del combate
con la promesa de conmutar sus penas en caso de salir vivos. Ni que decir tiene
que la mayoría de ellos morían rápidamente, ya fuese a manos de los alemanes o
de sus propios comisarios, poco propensos a tolerar cualquier tipo de
indisciplina. Yang sufrió, por tanto, los peores embates de la guerra, siempre
en la primera línea. Sin embargo, su suerte cambiaría de nuevo en la primavera de 1943,
cuando, durante la 3º Batalla de Járkov, fue capturado por el ejército alemán y
enviado, nuevamente a un campo de prisioneros. Allí le fue ofrecido trabajar como
prisionero o ser enviado a la "Ostlegionen", una
división alemana formada con voluntarios de distintos países asiáticos. Entre
sus filas la "Ostlegionen" contaba con armenios, azerbaiyanos, bielorrusos,
estonios, georgianos, lituanos, rusos, uzbecos y kazajos, todos ellos voluntarios
o prisioneros que luchaban para conseguir su libertad. Desde ese mismo instante
la "Ostlegionen" contaría, además, con un coreano.
Tras su nuevo cambio de bando,
Yang fue enviado, junto con otros miembros de la "Ostlegionen", como
parte de las defensas en la península de Contentin, en Normandía. Su campamento
se encontraba muy cercano a la playa "Utah", uno de las principales
lugares de desembarco, junto a la playa "Omaha", de las tropas
aliadas en Normandía durante la invasión del día 6 de junio. Así pues, víctima
de su extraño destino, Yang Kyoungjong fue capturado por cuarta vez, siendo sus
captores, en esta ocasión, los soldados de la 101º División Aerotransportada de
los Estados Unidos. En este momento la historia de Yang se vuelve más difusa y
difícil de rastrear. Tras una pequeña estancia en un campo de prisioneros, Yang
emigró a la URSS, donde pasó apenas 2 años. Posteriormente salió del país y
emigró nuevamente, en esta ocasión a Estados Unidos, donde viviría el resto de
sus días sin contar nada acerca de su pasado. Yang Kyoungjong murió en un
pequeño pueblo de Illinois en 1992, a los 72 años de edad. Detrás dejaba una de
las historias más curiosas y a la vez trágicas de la 2º Guerra Mundial.