lunes, 24 de marzo de 2014

S1. Historia 3: Inés de Suárez. La Conquistadora de Chile.

Hernan Cortés, Francisco Pizarro o Nuñez de Balboa. Seguro que todos estos nombres os son familiares y os recuerdan aquellas clases de Historia en las que se hablaba sobre la conquista y la colonización del Nuevo Mundo. Hombres aguerridos y aventureros que, azuzados por la pobreza y el hambre, crearon un Imperio al otro lado del Océano Atlántico. Parte idolatrados y parte aborrecidos, todos estos "conquistadores" son, sin embargo, conocidos. La protagonista de nuestra historia de hoy no ha tenido tanta suerte, al menos en su país de origen, España, donde muy pocos conocen su nombre y menos aún sus aventuras. Esta es la historia de Inés de Suárez, la conquistadora de Chile.

Inés de Suárez nació en la población extremeña de Plasencia en 1507. Su padre murió de una enfermedad estomacal al poco de nacer, por lo que su madre, costurera, tuvo que solicitar la ayuda del abuelo de Inés para su crianza. En 1526 conoció a su primer marido, el aventurero Juan de Málaga. Un año después, Juan partió hacia Panamá en busca de fortuna. De su unión no habían nacido hijos ya que, según se contempla en los registros, Inés era estéril.

Los años pasaron e Inés no recibió noticias de su marido, por lo que, en 1537 solicitó una licencia real para embarcar hacia las Indias. Tras una estancia de más de un año en Venezuela sin noticia alguna, llegó a sus oídos que su marido había sido uno de los soldados muertos en la batalla de Las Salinas, un combate que se produjo entre los ejércitos de Hernán Cortés y de Diego de Almagro por la posesión de la ciudad de Cuzco, en el actual Perú. Así pues, con apenas 30 años, Inés era viuda de un soldado español, y como tal, recibió una pequeña tierra en la ciudad de Cuzco, así como un grupo de esclavos indígenas para trabajarlas. Allí fue donde conoció a Pedro de Valdivia, Maestre de Campo de Francisco Pizarro, con el que, rápidamente, forjaría una estrecha relación que los convirtió en amantes, hecho que generó multitud de controversias al tratarse Pedro Valdivia de un hombre casado.

En 1539, Pedro de Valdivia inicia su expedición hacía Chile, solicitando una autorización para ser acompañado por Inés, en calidad de sirvienta. Durante los 11 meses de travesía, todos los miembros de la expedición, ya fuesen españoles o miembros de las tribus de la zona, destacaron el valor y el arrojo de Inés, considerándola una parte muy importante de la expedición.

El final de su travesía se encontraba en el valle del río Mapocho, un lugar fértil y fácilmente protegido. Dicha ubicación se decidió debido a la fortificación natural que proporcionaba el lugar, así como la abundancia de agua potable. Al poco de instalar el asentamiento, la expedición fue duramente atacada por los indígenas. Tras superar las escasas defensas del campamento, todo parecía indicar que la expedición sufriría un horrendo final, cuando los indígenas soltaron las armas y salieron huyendo despavoridos. Tras capturar a algunos de ellos, incluidos siete caciques locales, todos declararían  haber visto "a un hombre montado sobre un caballo blanco que, empuñando una espada, bajó de las nubes y se abalanzó sobre ellos". La expedición, segura de haber sido ayudada por el apóstol Santiago, decidió nombrar la ciudad con el nombre de Santiago de la Nueva Extremadura, siendo fundada el 12 de febrero de 1541. En la actualidad aquel pequeño campamento es conocido como Santiago de Chile, capital del país y su mayor centro económico y cultural.

El verano pasó en la pequeña ciudad sin apenas contacto con los indígenas. En septiembre, un grupo de jinetes, con Pedro de Valdivia al frente, marchó a sofocar una revuelta fuera del valle, momento que fue aprovechado por una fuerza de unos 20000 indígenas para atacar la ciudad. A pesar de su mejor equipamiento, las fuerzas españolas eran muy inferiores en número y pronto se tuvieron que retirar al interior de la ciudad, mientras eran continuamente asaeteados por las flechas incendiarias que quemaban los edificios. Durante el combate Inés marchó de un lugar a otro, prestando asistencia en donde era necesaria. Sin embargo, ante la inminencia de la derrota, Inés de Suárez tuvo una solución macabra a la par que efectiva: marchó a las celdas donde se encontraban los caciques capturados en el combate de febrero y ordenó su decapitación. Ante las preguntas de sus carceleros sobre cómo hacerlo, la historia narra que Inés de Suárez tomó su la espada de uno de ellos y ,cortando la cabeza de un cacique de un tajo, dijo: "De esta manera". Una vez decapitados, ordenó que las cabezas de los caciques fueran lanzadas entre los indígenas atacantes. Los miembros de las tribus locales, poco acostumbradas a semejante demostración de brutalidad (debemos recordar que muchas de las civilizaciones precolombinas no entendían la muerte en combate como algo útil, prefiriendo la captura de sus enemigos para su posterior uso como esclavos), y ante la fervor que insufló en los defensores la aparición de Inés en el patio central de la ciudad, los indígenas, confusos y sorprendidos, huyeron del combate, pudiéndose salvar la ciudad de la destrucción.

Inés de Suárez, representada tras decapitar a los caciques indígenas durante la batalla.

La vida de Inés volvió a la tranquilidad durante los años siguientes. En 1548, Pedro de Valdivia, su amante, fue  nombrado gobernador de Chile. Sin embargo, algunas personas enemistadas con él dieron parte de su relación con Inés, obligándole a separarse de ella bajo pena de muerte, así como a proceder a su matrimonio con un vecino de su elección. Así pues, en 1549, y a la edad de 42 años, Inés de Suárez contrajo matrimonio con Pedro Quiroga, uno de los mejores capitanes del Gobernador.

Inés pasó el resto de sus días en la ciudad de Santiago, llevando una vida tranquila. Su matrimonio con Pedro Quiroga nunca tuvo descendencia, exceptuando una hija que el capitán tuvo con una esclava india a la que criaron como si fuera hija de ambos. Inés de Suárez murió  en 1580 a la edad de 73 años, el mismo año que murió su marido.

La figura de Inés de Suárez es prácticamente una desconocida en la Historia de España, no así en su país de adopción, donde es ampliamente conocida, teniendo una estación del metro de Santiago de Chile con su nombre. Así mismo, en 2006, la escritora chilena Isabel Allende publicó su novela Inés del alma mía, relato sobre la historia de Inés de Suarez.

Esta es la vida de Inés de Suárez, una mujer que aunó fortaleza, valentía, desafío y crueldad, acciones que la convirtieron en un personaje para la Historia. La conquistadora de Chile.

jueves, 20 de marzo de 2014

S1. Historia 2: María Pita, la defensora de La Coruña.

En 1588 partía de la Coruña la mayor flota de combate jamás registrada hasta la fecha. Su misión era simple y llanamente la invasión de las Islas Británicas, que, en caso de haberse culminado, habría dado lugar a una de las mayores hazañas logísticas de la Historia. Sin embargo, todos sabemos cuál fue el destino final de la Armada Invencible. Tan sólo un año después, en 1589, la por entonces pequeña ciudad portuaria de La Coruña se encontraba ante una situación bien distinta. La Contrarmada Inglesa, también conocida como la Invencible Inglesa, aprovechando la situación de debilidad que provocó la destrucción de parte de la armada española, decidió iniciar un ataque sobre la Península. Su primer objetivo debía ser el puerto de Santander, pero el cambio de opinión en su almirante, Sir Francis Drake, dió lugar al nacimiento de esta historia. La historia de María Pita, la defensora de La Coruña.

El 4 de Mayo de 1589 una flota inglesa de unos 170 naves se acerca al puerto de La Coruña. La ciudad, pobremente defendida, había iniciado los preparativos para una defensa a la desesperada, llegando a encender un fuego en lo alto de la Torre de Hércules para avisar al resto de la comarca. El gobernador de la ciudad contaba con apenas unos 1500 hombres entre civiles y milicianos para defenderse de una flota con más de 27000 soldados profesionales a bordo.

La mañana del día 4 unos 8000 soldados desembarcaron en una playa cercana, desalojando a los pocos defensores españoles del fuerte de San Antón, y dando comienzo a un despiadado y salvaje ataque sobre la parte baja de la ciudad, en la que murieron más de 500 civiles, y fue saqueado el barrio de La Pescadería. El único reducto restante era la parte antigua de la ciudad, situada en un alto y rodeada por sus viejas murallas, que, tras el exitoso ataque, no parecieron excesivamente peligrosas para los ingleses. Es en este punto donde nos encontramos a la heroína de esta historia, María Pita.

María Mayor Fernández de Cámara y Pita, más conocida como María Pita, había nacido en la parroquia de Sigrás, un pequeño anejo del pueblo de Cambre, a unos 10 kilómetros de La Coruña, en 1565. Muy joven se trasladó a La Coruña, donde se casó con Juan Alonso de Rois, enviudando a los pocos años. Sabemos que en 1589 estaba casada en segundas nupcias con Gregorio de Recamonde. La mañana del asedio inglés, su marido, junto con otros milicianos y civiles, se había apostado en la vieja muralla de la ciudad, resueltos a contener a los invasores. El combate se tornó en una carnicería, en la que los soldados ingleses recibieron más de 1000 bajas. Sin embargo, las fuerzas de los defensores empezaban a flaquear, y los atacantes fueron capaces de abrir una brecha en el muro, por la cual ascendió un alférez inglés, arengando a las tropas con su estandarte. En ese mismo momento, María Pita, que había visto morir a su marido a manos de los invasores, alzo una pica y atravesó el cuerpo del alférez, arrebatándole el estandarte y mostrándolo en alto. La leyenda cuenta que todo esto se hizo al grito en gallego de "Quen teña honra, que me siga", y que este grito, junto con la pérdida del estandarte y el renovado ánimo de los defensores tras ver la bravura de María Pita, hicieron que los ingleses abandonaran la ciudad de vuelta a sus barcos, incapaces de tomar la urbe. Tras el combate, María Pita se dedicó a recoger los cadáveres de los caídos y ayudar a los heridos, ampliando aún más su gesta.

Toda historia, tiene, sin embargo, su lado amargo. Las gestas de María Pita no la llevaron a tener una vida afortunada, enviudando cuatro veces. A la muerte de su último marido, enterándose Felipe II de la situación de la heroica defensora de La Coruña, le concedió una pensión vitalicia como alférez, así como una paga extra mensual y un permiso de exportación de mulas desde España a Portugal. Gracias a este dinero, María Pita pudo criar a sus cuatro hijos sin verse abocada a la miseria. Murió en La Coruña en 1643 a los 78 años de edad.

En la actualidad se rememora la historia de esta coruñesa mediante del monumento honorífico que tiene situado en la Plaza de María Pita, junto al Ayuntamiento de la ciudad. El monumento representa a María Pita alzando una lanza, con el cuerpo del alférez inglés a sus pies.

Estatua de María Pita en la ciudad de La Coruña


Esta es la historia de María Pita, una mujer que no tuvo reparos en mostrar su valentía y arrojo cuando todos a su alrededor lo daban todo por perdido. Una heroína cuya historia debe ser contada.  

lunes, 10 de marzo de 2014

S1. Historia 1: Manuela Malasaña y Clara del Rey. Dos heroínas en el Dos de Mayo.

Mañana del 2 de Mayo de 1808:

Regueros de sangre tintan las calles de Madrid mientras el ruido de los mosquetes y los caballos franceses retumban a lo largo y ancho de toda la ciudad. Mucho se ha escrito sobre los héroes y villanos de ese día, personajes como Daoiz, Velarde o el infame y chulesco general Murat, que inundan los libros de Historia. Pero aquel derroche de heroísmo y valentía no fue solo cosa de hombres. Entre las multitudes que se echaron a la calle para luchar contra el invasor francés se encontraban miles de mujeres. Esta historia se centra en dos de ellas, Manuela Malasaña y Clara del Rey, pero es también un homenaje a todas las mujeres que se jugaron la vida, perdiéndola muchas de ellas, durante aquel día.

Manuela Malasaña tenía 17 años el día en que perdió la vida. Hija de un panadero francés (curiosidades de la Historia) apellidado Malesange, su nombre se había españolizado hasta convertirse en Malasaña. De profesión bordadora, era una persona jovial y alegre.

La mañana en la que estalló la revuelta en Madrid, Manuela se encontraba en su puesto de trabajo, un taller en el que vivía situado en la calle de San Andrés. Junto a otros muchos ciudadanos salió a la calle dispuesta a enfrentarse a los soldados franceses con una mezcla de valentía, rabia y una completa falta de sentido común, que llevaban a los madrileños a atacar a los batallones de soldados a pecho descubierto. Los soldados franceses recuerdan ese día como uno de las peores y más sangrientos combates que vivieron, donde cada ventana escondía un tirador, cada puerta una navaja, llovían macetas desde el cielo y toda una ciudad era su enemiga.

Malasaña y su hija batiéndose contra los franceses, por Eugenio Álvarez Dumont

Manuela, al igual que otros muchos madrileños se reunió en el parque de artillería de Monteleón. Situado en la actual Plaza del 2 de Mayo, el parque se había convertido en el principal refugio de los rebeldes madrileños, comandados por dos jóvenes capitanes de artillería, el sevillano Luis Daoiz de 26 años, y el cántabro Pedro Velarde de 29. Pobremente armados y sin entrenamiento alguno, la joven bordadora, junto al resto de los madrileños, lucharon denodadamente durante un día entero contra el mejor ejército de la época, resistiendo sus ataques y causándoles graves bajas. Manuela, al igual que otras mujeres como Clara del Rey, se movían entre el fuego enemigo cargando las armas, llevando agua a los voluntarios y aprovisionándolos de municiones. Sin embargo la resistencia de los madrileños no vino acompañada de un alzamiento por parte del gobierno y a última hora de la tarde el parque de artillería de Monteleón fue tomado por los franceses. Daoiz y Velarde murieron en la última embestida francesa junto a otros muchos madrileños. El resto, entre ellos Manuela Malasaña, fueron tomados prisioneros. Al ser hecha prisionera trató de zafarse de sus captores, mostrando unas tijeras de sastre que guardaba en sus ropas, herramienta propia de su profesión. Los franceses la ejecutaron de inmediato al considerar que se encontraba armada. Esta muerte trágica, unida a su juventud y alegría generó su leyenda como heroína madrileña.

Clara del Rey, al igual que la joven Manuela, se había unido a los defensores del parque de Monteleón junto a su marido y tres de sus hijos. Natural de Valladolid, se sabe muy poco de su vida, salvo su desdichado final. Aquél día defendió el parque con uñas y dientes (literalmente) contra el ejército francés, animando a los madrileños en el parque y sirviendo en una de las dotaciones de una pieza de artillería.  Clara encontraría su muerte a lo largo del día, cuando una pieza de metralla de un cañón francés la impactó en la frente, matándola en el acto. Junto a ella murieron su marido y uno de sus hijos, dejando según el Archivo histórico Municipal de Madrid "dos hijos solteros".

La Defensa del Parque de Artillería de Monteleón, obra de Joaquín Sorolla 


En la actualidad ambas heroínas cuentan con numerosos monumentos en recuerdo de su valentía. Madrid dedicó a la memoria de Manuela Malasaña uno de sus barrios más conocidos: el barrio de Malasaña, y Clara del Rey cuenta con una calle en el centro de la ciudad. Muestras de afecto a dos de las mujeres que lucharon aquel día por su libertad, pero que, en mi opinión son un monumento a todas las mujeres que salieron aquel día a las calles de Madrid, heroínas anónimas que lucharon junto a los hombres, codo con codo, por su libertad y la de todos los españoles. 

Serie 1: Mujeres en la Historia.

1º Serie: Mujeres en la Historia.

Esta primera serie de Historias en el Olvido se centrará en, probablemente, el mayor olvido de la Historia: el papel de la Mujer a lo largo de ella. Hazañas olvidadas o minusvaloradas en muchas ocasiones debido al sexo de su protagonista, esta serie tratará de sacar a la luz alguna de esas historias. Esperamos que os guste.

lunes, 3 de marzo de 2014

¡Nuevos contenidos!

Sé que algunos de vosotros esperabais una nueva historia en la entrada de esta semana pero creo que es el mejor momento para explicar algunas de las ideas que quiero plasmar en este blog. La semana que viene comenzará la 1º serie de "Historias en el Olvido", un nuevo formato de relatos en el que a lo largo de varias entradas iremos tratando distintas historias con factores comunes. Muchas historias variaran en el tiempo y el espacio en el que ocurrieron, pero todas ellas tendrán un tema común. ¡Esperamos que os guste!

Quería aprovechar también la ocasión para agradecer a todo el mundo la gran acogida que está teniendo el blog, muchas gracias por leer mis historias y por estar ahí. ¡Un saludo!