Invierno de 1788. Tahití:
El Buque Armado de Su Majestad
"Bounty" había llegado a Tahití unos 4 meses más tarde de las
previsiones iniciales. Tan sólo un año antes había sido adquirido por la Armada
Bitánica con el fin de transportar alimentos entre Tahití y el Caribe. Las
tormentas y tempestades habían obligado al joven capitán, William Bligh, a
tomar la ruta africana, en vez de bordear el Cabo de Hornos. Así pues, los
tripulantes de la Bounty se vieron obligados a pasar el invierno en Tahití, por
aquel entonces una remota isla en el Pacífico que hasta 1767 no había tenido
ningún tipo de contacto con los navegantes europeos. Sin embargo, la estancia,
lejos de ser el infierno que se podría pensar, resultó enormemente plácida para
los tripulantes de la Bounty. Los
marineros no sólo se adaptaron bien a las tradiciones y cultura tahitianas,
sino que, además, empezaron a trabar relaciones con las isleñas. Uno de los marineros,
el Primer Oficial Christian Fletcher, contrajo matrimonio con una de ellas.
El Invierno pasaba y los frutos
tahitianos empezaron a recogerse. La mañana del 4 de abril de 1789 el HMS Bounty
zarpó, terminando así su estancia en el pequeño archipiélago. No todos los
marineros marchaban con ilusión hacia su puerto de destino en el Caribe, lo que
les llevó a planear un motín en contra del joven capitán. Al alba del 28 de
abril, 11 marineros, incluyendo al Primer Oficial Fletcher, se amotinaron,
capturando al resto de la tripulación. Del total de los tripulantes 31 se
mantuvieron leales al capitán Bligh mientras que los 11 amotinados se reunieron
en torno a la figura del Primer Oficial. El capitán y 18 de los tripulantes
fueron dejados a la deriva en una ruta frecuentada por los barcos mercantes
ingleses. Los 13 restantes tuvieron que ser mantenidos a bordo del buque debido
a la falta de espacio en el pequeño bote. El capitán Bligh, demostró su buen
hacer y llegó con su pequeño bote a la isla de Timor donde fue rescatado por un
mercante inglés. De vuelta a Londres fue mantenido en su puesto por la Armada.
Sin embargo no es la historia del joven capitán la que contaremos en esta
historia, sino la del Primer Oficial. De vuelta a Tahití, Fletcher dejó en
tierra a 16 de los tripulantes del barco, que decidieron permanecer en la isla.
Fletcher, sabedor de que en caso de ser encontrado por un barco de la Armada
Británica seria colgado por amotinamiento, decidió buscar un lugar menos
frecuentado. Así el Primer Oficial partió de nuevo de Tahití, llevando consigo
a 8 marineros: Ned Young, John Adams, Matthew Quintal, William McCoy, William
Brown, Isaac Martin, John Mills y John Williams, 6 hombres nativos, 11
mujeres y un bebé. Aquí comienza el viaje de Fletcher, que le llevó a encontrar
accidentalmente las Islas Pitcairn, uno de los archipiélagos más remotos de la
Polinesia. El oficial, debido a su instrucción, se dió cuenta de que las islas
estaban mal dispuestas en las cartas de navegación, lo que las convertía en un
magnifico escondite. El 23 de Enero de 1790, Fletcher y sus hombres quemaron el
HMS Bounty en la bahía donde habían atracado con el fin de no ser encontrados.
En la actualidad dicha bahía sigue conoce como Bahía Bounty.
La estratagema del Primer Oficial
surgió efecto, y durante 18 años ni un solo barco se acercó a la isla.
Escaparon incluso a la persecución del Capitán Edwards, que fue enviado a la
Polinesia a bordo del buque Pandora con el fin de ajusticiar a los amotinados
(no tanta suerte tuvieron los marineros que sobrevivían en Tahití, todos ellos
fueron ahocados). En 1808 llegó al pequeño archipiélago un barco de los recién
creados Estados Unidos de América. Al desembarcar, los marineros americanos se encontraron
con un pequeño cementerio en el que yacían los marineros británicos amotinados
menos John Adams, último superviviente del motín, que durante los últimos 20
años había creado una pequeña escuela para los niños, en la que se mezclaban
los conocimientos indígenas y las costumbres británicas, así como la religión. En
1814 la Armada Británica redescubrió las islas. Debido a la grata impresión que
esta pequeña comunidad creó se amnistió al marinero Adams, que además se
convirtió en gobernador de la isla. En 1830 el pequeño archipiélago se
convirtió en el primer territorio del mundo en aceptar el sufragio femenino.
Ilustración de la portada del libro de Julio Verne "Los amotinados de la Bounty"
En la actualidad las Islas
Pitcairn son el país menos poblado del mundo, con tan sólo 46 habitantes de 9
familias distintas, todas ellas derivadas de los amotinados originales y los 5
marineros que desembarcaron para ayudar a Adams en 1814. Las Islas Pitcairn se
establecen actualmente como un territorio de ultramar de Reino Unido y se
gobiernan de forma autónoma. Mantienen, además, un idioma propio, llamado
pitcairnes-norfolkense, mezcla del tahitiano y el inglés del siglo XVIII, sólo
hablado en la remota isla.
Esta es la historia del motín de
la Bounty, la historia de unos hombres que durante 200 años han perdurado en su
idea de libertad. El motín más largo de la Historia.