Primavera de 1945
Tras el fracaso de las sucesivas
líneas de defensa alemanas en el este, la entrada de los ejércitos soviéticos
en Berlín parece ya imparable. Los Aliados, hasta entonces confiados de poder
adelantar a la URSS en la carrera por la capital del Reich, empiezan a
plantearse un nuevo problema: la caída en manos rusas de toda la tecnología y
científicos que durante años habían creado algunas de las armas militares más
terroríficas de la historia; las Wunderwaffe o "armas milagrosas"
alemanas. Ante esta perspectiva, los altos mandos de la OSS (Oficina de
Servicios Estratégicos, antecesora de la actual CIA) plantearon una de las
misiones de espionaje más audaces de la historia: la extracción de más de 700
expertos y científicos alemanes dispersos a lo largo y ancho de una Alemania
todavía en guerra, y su posterior introducción ilegal en los Estados Unidos.
Esta es la Operación "Paperclip".
"Paperclip" era el
nombre en clave de la mayor operación de extracción de personal de
investigación científica y militar jamás realizada. Inicialmente su nombre fue
operación "Overlord" y consistía, únicamente, en una serie de
entrevistas con los expertos alemanes una vez terminada la guerra en Europa.
Sin embargo, debido al empuje de las fuerzas soviéticas, los servicios secretos
Aliados tuvieron que reformular el plan, incluyendo la extracción de dichos
científicos de Alemania, ya que, en muchos casos, quedarían bajo la influencia
soviética y sería imposible acceder a ellos. Así pues, la OSS se puso manos a la
obra e inició sus pesquisas acerca de los miembros relevantes en la
investigación nazi de campos tan avanzados en aquel entonces como la cohetería,
la aeronáutica, la creación de combustibles sintéticos, la electrónica o la
física nuclear. La tarea de identificar a los miembros clave de dichos sectores
de investigación fue sumamente ardua y se realizaba a contrarreloj: cada día
más sectores de Alemania caían bajo el ímpetu de los ejércitos soviéticos.
Cuando la elaboración de dicha lista parecía imposible se produjo un golpe de
suerte: un técnico polaco encontró una copia de la llamada Lista Osenberg en un
baño que no había sido limpiado correctamente. La Lista Osenberg era el listado
de todos los científicos que desarrollaban actividades de investigación para el
Reich alemán y se había creado a partir de la iniciativa de 1943 para el
desarrollo de material armamentístico, promulgada por Hitler tras el fracaso en
la invasión de la URSS. Con ella los Aliados contaban con una copia de la lista
más exhaustiva acerca del personal de investigación alemán, facilitando la
identificación de los objetivos y su extracción. Entre los objetivos de dicha
lista se encontraban científicos tan ilustres como Wernher Von Braun, desarrollador
de los cohetes V1 y V2, primeros cohetes balísticos de la historia, y posterior
jefe de ingenieros en los programas de la NASA que llevaron al hombre a la
Luna, Ernst Stuhlinger, físico nuclear pionero en el desarrollo de la propulsión
con motores eléctricos, Erich Traub, virólogo que creador de multitud de
vacunas o Hans Von Ohain, uno de los inventores del motor a reacción entre
otros. Werner Heisenberg, director de la investigación nazi de la bomba atómica
y Premio Nobel de Física en 1932, fue internado en Inglaterra bajo la actuación
de la Operación Epsilon, la versión anglosajona de la Operación Paperclip.
Muchos de los miembros de dicha
lista se entregaron voluntariamente a los Aliados tras la evacuación de la isla
de Peenemünde, una pequeña población en una de las islas alemanas en el Báltico
donde los nazis tenian su mayor centro de investigación y los científicos
trabajaban en un régimen de semi-esclavitud. Así pues más de 500 científicos se
entregaron voluntariamente tras escapar de la isla, mientras las unidades
soviéticas los perseguían, deseosos de incorporarlos a sus equipos de
investigación. Se trataba de una "caza al hombre" donde los servicios
secretos de todos los países deseaban repartirse los pedazos de la
investigación alemana. Por otra parte, no todos los científicos salieron
voluntariamente de Alemania, algunos fueron raptados de sus empresas o centros
de trabajo y trasladados sin su consentimiento a los Estados Unidos como fue el
caso del experto Herbert Wagner, sacado a punta de pistola por un grupo de
soldados americanos de la sede de la empresa Henschel.
Si la localización y extracción
de estos científicos fue extremadamente complicada debido a la situación del
país, su introducción en los Estados Unidos no sería más fácil. Todos ellos
habían ayudado al esfuerzo de guerra alemán durante el conflicto y por lo tanto
tenían vedada la entrada legal en el país. Para evitar dicho veto, la OSS, a espaldas de su
propio gobierno, se encargó de proporcionarles identidades falsas con las que cruzarían
la frontera, así como trabajos falsos que servirían de tapadera durante los
primeros meses. Muchos de los científicos de la operación Paperclip sirvieron como
personal de limpieza en las casas de los miembros de la OSS durante el verano
de 1945. Ese mismo año les fueron ofrecidos trabajos en distintos centros de
investigación militar de los EEUU, siempre en condiciones irregulares. Solo a
partir de 1950 se regularizó la situación de estos investigadores, que pudieron
conseguir sus visados en el consulado estadounidense de Ciudad Juárez en
México.
Los científicos de la Operación Paperclip fotografiados en Fort Bliss, Texas
Es difícil calcular el impacto
que la entrada de estos científicos tuvo en el espectacular avance tecnológico
que vivieron los Estados Unidos en los años 50, un país con una gran falta
hasta entonces de personal científico puntero, pero podemos comprobar como
muchos de ellos fueron directores de sus departamentos hasta 1970 y
desarrollaron algunas de las mayores maravillas tecnológicas del Siglo XX. Los
Estados Unidos aprovecharon el potencial de estos científicos y ellos, a
cambio, les otorgaron su conocimiento, lo que provocó una época de un enorme avance tecnológico.
Nada de todo esto habría sido posible sin la Operación Paperclip, la mayor
operación de espionaje de la Historia.