Mucha gente piensa que los
tiempos de crisis son yermos de creatividad, épocas en las que lo único que se
puede hacer es capear el temporal y aferrarse a lo ya conocido. Otras personas,
sin embargo, se crecen ante las adversidades y buscan nuevas ideas en los
tiempos difíciles. Sé que es difícil hablar de creatividad en tiempos como los
actuales, donde todo parece inventado y el futuro se plantea negro. Muchos
dirán que no se puede hacer y que vuestra idea es imposible. Sin embargo esas
mismas palabras ya han sido oídas por otras personas antes.Por ello os voy a
contar la historia de un ingeniero inglés y su creación: el DeHavilland
Mosquito, la maravilla de madera.
1939: Inglaterra. Geoffrey
DeHavilland, un ingeniero aeronáutico inglés presenta ante las autoridades
británicas los planos de construcción de un avión realizado en su práctica
totalidad con madera a través de tablones de contrachapado. Versiones anteriores
de este modelo han sido recibidas con escepticismo y rechazadas sin apenas ser
consideradas. Sin embargo, a finales de 1939 la situación en Inglaterra ha cambiado, la Segunda
Guerra Mundial ha comenzado y los U-boots alemanes comienzan a ser un problema para
los cargueros que traen recursos desde todas las zonas del Imperio Británico.
La madera, a cambio, es un recurso abundante y barato en las Islas Británicas.
Ante esta situación, la opción de DeHavilland es tenida en cuenta, aunque se la
sigue tratando como una locura y se encuentra con el enfrentamiento de muchos
opositores.
Geoffrey DeHavilland, creador del "Mosquito"
La mayoría de sus detractores
consideran que un avión de contrachapado no podría ser capaz de soportar las
presiones y velocidades que se soportaban en la estructura de un aeroplano de
la época. Consideraban que sería prácticamente imposible que el avión superase
unas velocidades mínimas sin desmembrarse por completo. Sin embargo, Geoffrey
DeHavilland plantea justo lo contrario: Su avión será tan veloz y podrá
circular a tal altura que no será necesario ningún tipo de armamento defensivo
en el avión ya que no podrá ser interceptado por ningún avión de caza conocido
hasta la fecha. Esta visión, la escasez de aluminio y la amenaza de los
submarinos alemanes, así como la ferviente defensa de su modelo que hizo
DeHavilland consiguió que el Alto Mando Británico le encargase la construcción
de un prototipo. En un plazo de tan solo 4 meses se construyó el primer ejemplar, que vuela a finales de Noviembre de 1940. Las pruebas oficiales del
modelo se realizaron en Enero de 1941 ante la cúpula del Estado Mayor del Aire
Británico, que quedó atónito ante la actuación del modelo. El aeroplano de
DeHavilland no era solo extremadamente rápido, sino que, además, era resistente
y muy ágil. La visión de los detractores de DeHavilland había sido
completamente desacreditada y se inició la construcción de 30 modelos, solicitados por el Estado Mayor.
El 20 de Septiembre de 1941,
apenas 10 meses después del vuelo del primer prototipo, se produjo el bautismo
de fuego del modelo, conocido como DeHavilland 98DH "Mosquito", en
una misión de reconocimiento sobre los puertos ocupados de Burdeos y La
Pallice. El "Mosquito" no solo fue capaz de realizar la misión sino
que, además, corroboró la visión de su creador al ser capaz de dejar atrás a
tres aviones de caza alemanes. Se había iniciado la andadura de la maravilla de
madera.
En los siguientes 3 años el
"Mosquito" no tuvo rival en el aire y fue adaptado a las misiones más
variopintas, desde bombardero ligero, avión de caza nocturno, torpedero, avión
de entrenamiento, avión de reconocimiento, y el aprovisionamiento a la
resistencia francesa y a los espías del OSS. Tal era la velocidad del
"Mosquito" que los aviadores alemanes recibían 2 victorias aéreas en
vez de 1 por el derribo de uno de ellos.
DeHavilland DH98 "Mosquito"
Otra de las misiones que le fue
asignada a este avión fue el traslado de personalidades. Así en 1943, el
eminente físico nuclear Niels Bohr fue trasladado desde Estocolmo a Londres. Tras
una equivocación de éste al colocarse la máscara de oxígeno, el piloto, pensado
que su pasajero podría haber perdido el sentido, decidió descender y realizar
el viaje a baja altura, cosa extremadamente peligrosa debido a las altas probabilidades de un encuentro con aviones enemigos. Al llegar a Londres
Niels Bohr fue preguntado por el trayecto y respondió que no solo no había
perdido el conocimiento, sino que había dormido como un bebé durante todo el
vuelo.
El uso masivo y su multitud de
aplicaciones llevaron a la construcción de 7781 ejemplares, no sólo en
Inglaterra sino también en Canadá y Australia, siendo uno de los modelos más
construidos a lo largo del conflicto. Famosa es la frase pronunciada por
Hermann Göering, Comandante en jefe de la aviación alemana después de que el
bombardeo de un "Mosquito" destruyese la antena de la emisora de
radio desde la que estaba dando un mitin:
" En 1940 yo podía volar por lo menos hasta Glasgow con la mayoría
de mis aviones, ¡pero ahora no!. Me pongo furioso cuando veo el Mosquito. Me
vuelvo verde y amarillo de envidia. Los británicos, que pueden permitirse el
aluminio mejor que nosotros, construyen de prisa un magnífico avión de madera
que se está produciendo en cada fábrica de pianos de allá, y le dan una
velocidad que ahora ya han aumentado una vez más. ¿Qué podéis hacer?. No hay
nada que los británicos no tengan. Ellos tienen los genios y nosotros tenemos
los bobos. Después de que la guerra haya terminado voy a comprar un aparato de
radio británico - entonces por lo menos voy a tener algo algo que siempre ha
funcionado."
El reinado del
"Mosquito" en el aire duró hasta mediados de 1944, con la aparición
de los primeros aviones de caza a reacción de alemanes. Para entonces este
pequeño avión de madera, fácil y rápido de construir, barato y extremadamente
útil se había convertido en toda una leyenda para los Aliados y una pesadilla
para los alemanes. Actualmente el DeHavilland DH98 "Mosquito" se
sigue considerando el avión de guerra más versátil jamás construido: "La maravilla
de madera".
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