lunes, 19 de agosto de 2013

Historia 1: Un héroe de 4 patas

Finales de 1942: Frontera Irano-Iraquí.
El Segundo Cuerpo Polaco (unidad todavía no creada formalmente por aquel entonces) cruzaba la frontera entre Irak e Irán atravesando el paso de montaña entre Hamadan y Kangavar, en dirección al Líbano. Atrás quedaban la derrota frente a las fuerzas alemanas en Septiembre de 1939, su captura e internamiento durante más de 1 año en campos de concentración soviéticos, su liberación en el verano de 1941 tras el ataque nazi a la URSS y su posterior abandono en las estepas de Asia Central. Sólo esta historia ya sería digna de ser contada, pero aún faltaba algo más en esta aventura.

La unidad se encontraba cruzando los pasos de montaña situados en las estribaciones meridionales del Cáucaso cuando se encontraron con un joven muchacho hambriento cargando con saco a su espalda. Tras darle parte de su comida, los soldados polacos advirtieron que el saco contenía un cachorro de oso pardo. Según les contó el joven lo había encontrado en una cueva después de que unos cazadores matasen a su madre. Los soldados, encantados con la posibilidad de adoptar al oso, ofrecieron al muchacho diversos productos, tales como chocolatinas, latas de carne y bolígrafos, hasta que la voluntad del joven cedió y vendió el cachorro a los integrantes de la 22º Compañía de Suministros de Artillería. Tras improvisar un biberón con una botella de vodka, los soldados bautizaron al cachorro con el nombre de Wojtek.
Wojtek resultó ser especialmente adaptable a la vida de campaña, y pronto empezó a desfilar junto a sus "compañeros" erguido sobre sus patas traseras y a cambiar sus biberones de leche por una curiosa afición a la cerveza.



En 1944 el Segundo Cuerpo Polaco fue requerido en Italia, donde la invasión Aliada se había quedado estancada en los Apeninos. Los soldados polacos debían ser embarcados en el puerto egipcio de Alejandría y desde allí trasladados al sur de Italia, lugar desde donde marcharían al frente. Sin embargo las autoridades británicas, encargadas de su traslado por mar hasta la península Itálica, se negaban a embarcar a ningún animal en uno de sus buques. Así pues, los soldados de la 22º Compañia de Suministros decidieron enrolar a su amigo Wojtek en el Segundo Cuerpo Polaco, rellenando la documentación necesaria, convirtiéndolo así en un soldado de pleno derecho.

La unidad entró en combate en Montecassino, una abadía benedictina del siglo VI, tristemente conocida por ser el lugar donde se libró una de las batallas más famosas de la 2º Guerra Mundial. Tras una serie de ataques infructuosos llenos de bajas para los Aliados, era el turno del Segundo Cuerpo Polaco, junto a la Cuarta División India. La orografía impedía el traslado de los proyectiles de artillería en camiones, por lo que se requería el uso de mulas o incluso el traslado a mano de los suministros. Al ver la situación, Wojtek se acercó a uno de los camiones donde se guardaban los proyectiles, y alzándose sobre sus patas traseras, incitó a los soldados a que depositaran los explosivos sobre su lomo. El plantígrado demostró su valía avanzando con paso firme entre los disparos y las salvas de artillería enemigas, cargando con los proyectiles más pesados a su espalda, sin cansarse ni asustarse ante la potencia del fuego de artillería. Fue durante esta batalla cuando un soldado polaco diseñó la insignia de la 22º Compañia de Suministros de Artillería, un oso blanco cargando con un proyectil sobre fondo verde. La batalla de Montecassino terminó con la bandera Polaca ondeando sobre las ruinas de la abadía, y Wojtek era considerado un héroe por sus compañeros.

Tras acabar la guerra, los soldados polacos fueron enviados a Glasgow, donde los orgullosos soldados polacos desfilaron junto a su peculiar compañero de fatigas, y donde Wojtek recibió su apodo; "El oso soldado".

Después de los desfiles Wojtek vivió en el zoológico de Winfield Park hasta 1963. A su funeral acudieron gran parte de sus compañeros y se le rindieron honores militares.

En la actualidad existen estatuas de este valeroso animal en distintos museos militares del mundo, así como una placa en el zoológico donde vivió hasta su muerte, tras la cual entró con todos los honores en la historia militar.


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